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Un estudio de la Universidad de Málaga (UMA), comisionado por el Ministerio de Igualdad, ha revelado que la angustia derivada de la pérdida de una casa debido a un desalojo puede durar más de un año. Este doloroso proceso puede intensificar una gama de emociones negativas y trastornos de salud.

El propósito de la investigación era examinar la posición de las mujeres ante los desahucios, identificar su perfil sociodemográfico y señalar los factores de riesgo asociados.

Según el estudio, la mujer es extremadamente afectada por la falta de vivienda. En situaciones de desahucio, las mujeres no sólo pierden su hogar, sino que también se enfrentan a una variedad de situaciones de violencia, discriminación, estigma y exclusión.

Además de reafirmar el trauma emocional que implica el ser desahuciada, el estudio también indica la necesidad de prestar atención a la perspectiva de género en este problema, ya que a menudo se olvida.

El informe sugiere que se deben implementar cambios estructurales para poder abordar los desafíos que las mujeres desahuciadas experimentan y comunican. La investigación, que lleva por título «Mujeres ante los desahucios. Análisis de situación, factores de riesgo y consecuencias», se realizó de abril a noviembre de 2023. Incluyó entrevistas a 290 mujeres enfrentadas a desahucios o en proceso de serlo, de diferentes provincias españolas.

Se organizaron ocho grupos de enfoque, consistiendo en mujeres de diversas condiciones: madres solteras, migrantes (con 21 nacionalidades distintas, incluida la española), personas que viven solas, así como miembros de organizaciones y colectivos sociales que atienden estos problemas.

El estudio tenía como objetivo examinar el perfil sociodemográfico de las mujeres más perjudicadas por los desalojos, identificar los factores de riesgo que las ponen en una situación de mayor exclusión residencial y discutir el papel de cuidadora como razón para la exclusión habitacional. Asimismo, se buscaba clarificar las repercusiones de un proceso de desalojo, tomando en cuenta tanto los aspectos de salud, con un énfasis particular en la salud mental, como las cuestiones familiares y sociales. También se buscó valorar la importancia de las redes de apoyo solidario para las mujeres enfrentadas a la amenaza de un desalojo. El estudio se fundamenta en la certeza, evidenciada en diversas publicaciones científicas, de que la falta de vivienda y otros problemas de desigualdad impactan de manera más severa a los grupos más vulnerables.

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