Durante su coexistencia evolutiva con los humanos, los perros han cumplido funciones vitales para nuestro crecimiento y supervivencia. Desde colaborar en la crianza de animales, salvaguardar propiedades hasta participar en operaciones de cacería y rescate, han sido invaluables compañeros laborales.
Sus roles, influidos por su conducta y genética, les daban un sentido de propósito y una conexión con sus instintos. Sin embargo, la mayoría de estas tareas han ido desvaneciendo con el avance de las sociedades modernas. Actualmente, los perros suelen ser mascotas en environments citadinos, viviendo en el confort de los hogares pero sin la oportunidad de participar en actividades adecuadas a sus necesidades específicas.
Pese a esta transformación, los instintos que históricamente han moldeado a los grupos de caninos domésticos y después a las distintas razas, siguen vigentes. Razas como los perros pastores, terrier y sabuesos mantienen sus tendencias naturales hacia el trabajo, la búsqueda o la protección, y suelen mostrar problemas de comportamiento si estas necesidades no son atendidas. La carencia de estímulos apropiados puede inducir a una sensación de frustración, nerviosismo o ansiedad en los perros, afectando a menudo su bienestar y las relaciones humanas. En este marco, han surgido deportes caninos como el ‘earthdog’ o madriguera artificial, el ‘barn hunt’ o caza en la pajar y el ‘treibball’ o pastoreo urbano, diseñados para canalizar estos instintos de manera positiva y respetuosa. El ‘treibball’, o pastoreo urbano, es una disciplina canina que consiste en guiar a los perros para que empujen balones inflables hacia un destino, de manera similar a conducir gansos u ovejas a un corral.
Esta actividad engloba a caninos de cualquier tamaño, raza y edad, y no requiere un nivel elevado de capacidad física por parte de los manejadores, lo que la hace atractiva y lúdica para aquellos de cualquier condición física. Originado por Jan Nijboer en Alemania en 2005, ‘treibball’ se concibió cuando Nijboer notó a sus perros boyeros australianos moviendo sus comederos de agua con el hocico. Esto lo llevó a preguntarse si podían hacer lo mismo con esferas más grandes y descubrió que podían hacerlo con facilidad. Desde entonces, el deporte ha ganado popularidad en Europa y Estados Unidos, con el primer torneo internacional llevado a cabo en Suecia en 2007. Es destacado por la American Treibball Association (ATA) como una intervención de aprendizaje efectiva que afianza los vínculos entre el perro y su manejador, y mejora la comunicación. Asimismo, la National Association of Treibball Enthusiasts (NATE) promueve el deporte como una actividad emocionante y extremadamente fortificante para los humanos y sus mascotas caninas. La organización también ofrece consultas gratuitas para asentar y promover el deporte canino en naciones donde no ha llegado aún, como España por ejemplo. El pastoreo urbano es particularmente valioso para perros con altos niveles de energía y puede solucionar el problema de los dueños incapaces de satisfacer las necesidades de ejercitamiento y estimulación de sus mascotas en zonas urbanas y suburbanas. ¿Cómo se juega ‘treibball’? El objetivo principal es dirigir las pelotas inflables hacia un objetivo en un tiempo específico. El perro es enviado al otro extremo del campo, detrás de las pelotas, y debe empezar empujando la primera bola (denominada ‘point ball’) hacia el objetivo. Una vez logrado, el perro debe llevar las demás pelotas hacia el objetivo en cualquier orden antes de que se acabe el tiempo.
Este procedimiento no incorpora barreras o juegos de prejuicio, lo que le hace ser una instancia pura de pastoreo diseñada para espacios urbanos. Aun así, cuando se trata de competir, el pastoreo en la ciudad se organiza en distintos grados de adversidad que cambian de acuerdo al número de balones, la separación entre ellos y la portería, y el tiempo para terminar el recorrido. Prenovel: Es un nivel voluntario que da chance a los equipos de exhibir su conocimiento básico. Se requieren tres pelotas ubicadas en forma de triángulo a una distancia de la portería de 4.5 a 6 metros y el conjunto dispone un máximo de 2 minutos y 25 segundos para concluir la ruta. Novato: Nivel donde normalmente comienzan los dúos perro-guía, también se emplean tres pelotas situadas en un triángulo, pero a una separación de 5 a 7.6 metros de la portería, teniendo un tiempo máximo de 2 minutos. Intermedio: En este grado se precisan seis pelotas, igualmente ubicadas en triángulo, sin embargo a una mayor distancia: entre 6 y 9 metros de la línea de gol. El límite de tiempo para culminar la tarea es de 3 minutos. Avanzado: El grado avanzado introduce ocho pelotas, ubicadas en un triángulo de tres hileras a una separación de entre 7.6 y 12 metros de la línea de gol. Los concursantes disponen de 4 minutos como tiempo estándar para finalizarlo. Experto: Es el grado máximo donde se emplean ocho pelotas, repartidas en un triángulo de tres hileras, a una ubicación de entre 10.6 y 15 metros de la línea de gol. El tiempo es de 4 minutos. A parte del esquema estándar y sus grados de adversidad, hay otras versiones del juego, como el ‘balones en orden’, donde el perro tiene que traer las pelotas en una secuencia específica, basándose en colores o números.
Este formato introduce un componente de discriminación y recuerdo, exigiendo una mayor concentración y precisión en los perros que participan. Se puede observar que el ‘treibball’ es un método fantástico para ofrecer a los perros un reto tanto mental como físico. Este es especialmente beneficioso para los perros inquietos o aquellos de razas de pastoreo que viven en zonas urbanas donde no pueden llevar a cabo sus comportamientos naturales. El pastoreo en la ciudad ofrece numerosas ventajas, tales como la disminución de la ansiedad, el estrés, problemas de conducta y el mejoramiento de la calidad de vida de los perros, además de potenciar la conexión con sus cuidadores.