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Un lugar oculto y rock «fascista»: la controversia en Santander por un festival enigma desata polémica

Existen discusiones y controversia en Santander con respecto a un festival de rock llamado Galerna Fest, una celebración misteriosa cuyo lugar de realización no se ha revelado. El partido político socialista español, el PSOE, exige que se cancele debido a la presencia de bandas que son abiertamenta nazis.

A pesar de que se realiza en una locación privada, lo que anula la intervención del ayuntamiento en su cancelación, la Asociación Rock contra el Fascismo junto con 1.390 bandas y 100 patrocinadores adicionales, solicitan la suspensión. También el PSOE, liderado por Daniel Fernández, critica a dicha celebración catalogándola como «fascista».

Fernández destacó que entre las canciones del festival, hay algunas que promueven el genocidio, defienden la Guerra Civil Española y promueven la violencia contra los inmigrantes.

La alcaldesa de Santander, miembro del Partido Popular, Gema Igual, sostiene que no podrán intervenir en el evento a menos que este viole la legalidad. Si las acciones del festival se mantienen dentro de la normativa, la autoridad local no puede negar la autorización ni imponer prohibiciones, a menos que se pruebe lo contrario. Igual califica de «intervencionista» cualquier intento de las instituciones por cancelar un evento de esta naturaleza, dado que se lleva a cabo en un espacio privado y se mantiene dentro de la legalidad, a menos que se demuestre lo contrario.

A pesar de su afirmación de que no le agrada todo lo que se presenta en el festival y las letras que «faltan al respeto», cree que los organizadores deben asumir la responsabilidad. Enfatiza que hay momentos en los que puede intervenir, pero también hay otros momentos donde no puede.

Sin embargo, para la Asociación Rock contra el Fascismo esto no es suficiente. Consideran que el evento se involucra en un delito de odio. Óscar Sancho, su portavoz, explica a El Confidencial que los grupos previstos para el Galerna Fest son «reconocidos en el ambiente» -Green Arrows, Irreductibles, los SDR…- y vienen de diferentes partes de Europa. Los ven como una amenaza no solo por el significado de sus canciones, con mensajes que ellos consideran fascistas, racistas y homófobos. «Y aún así, parece que tienen vía libre», sostiene. Alude a que la organización impulsora del festival, la Asociación Cultural Alfonso I, puede realizarlo «sin comunicar su lugar ni garantizar que se respeten las medidas de seguridad básicas».

Las bandas que tocarán el 27 y 28 de septiembre llevan símbolos asociados a grupos de extrema derecha, como la cruz de Borgoña, un emblema usado en la Guerra de los Cien Años (1337-1452) que en el pasado siglo se ha vinculado a ideas tradicionalistas. Algunas de sus canciones, como «Defiende tu hogar» de la banda Irreductibles, hablan de «la muerte deambulando por Occidente al grito de Alahu Akbar [Dios es grande en árabe]», en rechazo al yihadismo, al tiempo que se refieren a los musulmanes como los «ansiosos hijos de Alá».

Los defensores de la propuesta argumentan a favor y amenazan con demandar a aquellos que los acusan de crímenes de odio. Específicamente, apuntan a Óscar Sancho y su Asociación Rock contra el Fascismo. Su líder, Sinforiano Bezanilla, ha declarado a El Confidencial: «Nos establecimos en 2011 y no se ha presentado ninguna acusación en nuestra contra que haya tenido éxito. Somos una entidad cultural que también participa en la política, pero no llevamos a cabo ninguna actividad ilegal». Bezanilla elude al ser preguntado si su grupo se identifica con ideologías fascistas o franquistas. «No vamos a perder tiempo discutiendo etiquetas. Aceptamos nuestro pasado, pero estamos más interesados en el presente y el futuro».

En adición a la música, también habrá debates. Bajo el encabezado «Europa: visiones alternativas desde la trinchera», el festival presenta y resalta algunos nombres como el del autor Javier Barraycoa, el abogado Jorge García-Contell o el filósofo italiano Gabriele Adinolfi. Este último es integrante de Casa Pound, una organización política de ideología fascista y de extrema derecha con base en Roma. «Nuestro grupo tiene una excelente relación con Casa Pound. Tenemos valores compartidos», indica el presidente del grupo promotor.

No todos tendrán la oportunidad de asistir a las conferencias y recitales. Para adquirir un boleto, se necesita mandar un texto a un celular o un email a la dirección del festival. La promoción se hace mayoritariamente a través de medios sociales, y se requiere que los asistentes aprueben un cuestionario que contiene varias consultas. Sin embargo, la asociación organizadora afirma que todas las consultas son únicamente de identificación para asegurar que solo personas que comparten los valores de la entidad asistan al evento, evitando boicots. A pesar de ello, una agrupación que ha denunciado el evento destaca que en un video promocional que se publicó en sus redes sociales «Figuran varias personas haciendo el saludo fascista durante un concierto». Los organizadores niegan cualquier vinculación ideológica y sostienen que «es común en toda festividad de este estilo».

Frente a estos acontecimientos, la oposición política en el Ayuntamiento considera diversos cursos de acción. El PSOE indica que algunos aspectos de la ley que rige el entretenimiento (publico) o actividades recreativas en Cantabria – la Ley 3/2017 del 5 de abril – podrían entrar en contradicción con el Galerna Fest. Por caso, el artículo 6, que permite la prohibición de cualquier evento «que promueva o incite a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otro tipo de discriminación, o que viole la dignidad humana o los derechos humanos fundamentales».

«Actualmente, estamos explorando rutas locales y jurisdiccionales concedidas por la ley de espectáculos. Sin embargo, si estos esfuerzos resultan infructuosos, consideraremos acudir a la Fiscalía», anticipa el representante del Partido Socialista en el Ayuntamiento. A escasos días del controvertido Galerna Fest, otro evento que provoca desacuerdo se llevará a cabo en Toledo. Este tendrá lugar el 5 de octubre y, entre los participantes, se encuentra Alberto Pugilato, un conocido cantante y usuario de Twitter que fue protagonista de un ataque contra el humorista Jaime Caravaca y cuyas canciones contienen mensajes con tintes racistas y xenófobos, así como inclinaciones hacia la extrema derecha. «El caso de Santander no es excepcional: debemos impedir que este tipo de agrupaciones ensucien nuestra música y se presenten en nuestras calles», declaran desde la Asociación Rock Contra el Fascismo.

Los críticos están aumentando su presión en Santander para clausurar completamente un festival polémico. Con solo tres semanas hasta la fecha del festival Galerna (27 y 28 de septiembre), las voces opositoras y el ruido mediático aumentan, exigiendo su cancelación por presentar a grupos clasificados como «abiertamente nazis». Este es el punto de vista de la Asociación Rock Contra el Fascismo, que forma parte de las organizaciones que buscan la cancelación del evento mediante su solicitud al Ayuntamiento. Entre los miembros de esta asociación se encuentran 1.390 bandas y otros 100 socios individuales. El PSOE, el principal partido de la oposición, también ha tachado al festival de «fascista», presionando tanto al Gobierno de Cantabria como a la alcaldesa, Gema Igual, para su pronta retirada.

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