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Un grupo de guardias interrumpió la autopista en Marbella con el fin de apoderarse de un presunto vehículo de traslado de fondos ilegales relacionados con el narcotráfico

Un grupo de guardias de seguridad fue arrestado por la Policía Nacional, después de haberse hecho pasar por agentes de policía para robar un supuesto transporte de dinero del narcotráfico. Los sospechosos bloquearon una autovía en Marbella y supuestamente lograron robar 300.000 euros ocultos en una furgoneta.

El incidente sucedió cuando un vehículo con luces intermitentes en la parte trasera sorprendió y detuvo a una furgoneta gris Mercedes Citán, mientras que un segundo vehículo bloqueaba junto a ésta la vía en la autopista A-7 en Marbella.

Entre cuatro a seis individuos encubiertos se acercaron con armas de fuego y golpearon en la cabeza al conductor con una pistola Glock, la cual perdió su cargador y dejó un rastro de balas en la carretera.

Uno de los asaltantes se subió a la furgoneta, y mientras el resto de la banda regresaba a sus vehículos para huir, uno de ellos amenazó a la víctima con dispararle si se movía. El incidente ocurrió el 24 de febrero pasado y no fue una operación policial como podría pensarse, sino el robo de un cargamento de dinero presuntamente vinculado al narcotráfico.

La banda, compuesta por guardias de discotecas, fue arrestada por la Udyco Costa del Sol y acusada de robo con violencia e intimidación, lesiones, tráfico de drogas, posesión ilegal de armas, robo de vehículo, almacenamiento de armas y formación de una organización criminal.

Este grupo delincuente, supuestamente encargado de las confrontaciones y los robos a bandas de narcotraficantes, ansiaba una furgoneta que fue hallada después en la región de Cancelada, en Estepona. Los investigadores del Grupo I de la Sección de Crimen Organizado presenciaron el escenario de un vehículo que había sido inspeccionado minuciosamente. Los criminales habían buscado en la guantera, los asientos, y en todos los rincones con el propósito de hallar un compartimiento secreto donde se creía estaba oculto un total de 300.000 euros. Según parece, tuvieron éxito.

Según fuentes relacionadas con la investigación, la furgoneta presuntamente se utilizaba para transportar dinero de las actividades ilícitas del narcotráfico, y esta banda peligrosa poseía información al respecto. Por esta razón, decidieron organizar un golpe impresionante en el que se harían pasar por oficiales de policía, equipándose con uniformes, armas y luces de emergencia para imitar a los coches de policía.

No obstante, su meticulosa planificación del asalto se desvaneció frente a la presión de una búsqueda acelerada. Durante la inspección, los agentes de la Policía Nacional encontraron un teléfono cerca del vehículo robado que resultó ser una especie de clave para resolver los enigmas de la investigación. Las investigaciones apuntaron a una organización delictiva arraigada en los municipios de Marbella, Estepona y Casares, integrada por al menos cinco individuos que prestaban servicios de seguridad para un importante grupo de hostelería de Marbella, con establecimientos de gastronomía y entretenimiento nocturno.

Según se informa, los individuos sospechosos, quienes implementaban inusuales medidas para eludir la persecución policial, trabajaban normalmente como guardias de seguridad en un popular club nocturno en la región de Nueva Andalucía. Los agentes policiales piensan que, una vez en esta posición, seleccionaban los autos de los clientes para robarlos más tarde y utilizarlos en sus delitos.

La desmantelación del círculo delictivo se desarrolló en dos etapas. En la primera, llevada a cabo por el Grupo de Operaciones Especiales (GOES), resultó en la detención de cuatro sospechosos, incluyendo al líder del grupo y su segundo en mando, todos ellos ciudadanos españoles y conocidos por su comportamiento violento. Un quinto sospechoso fue apresado un poco más tarde en su lugar de trabajo.

Se efectuaron como mínimo siete allanamientos: uno en Estepona, dos en Casares, otro en Marbella, Mijas y dos en garajes ubicados en Benalup-Casas Viejas, una localidad en Cádiz, donde se cree que ocultaban los vehículos robados. En estos lugares se recuperaron cinco vehículos y se encontraron objetos variados, como señales de tráfico y ropa de policía. En la investigación también se descubrieron más de 2.500 balas de fogueo, armas y cuatro relojes de lujo de proveniencia legal, que supuestamente se compraron con la intención de blanquear dinero obtenido de manera ilegal.

Un auto equipado con estroboscopios en la zona trasera superó y bloqueó el camino a una furgoneta Mercedes Citán gris. Al mismo tiempo, otro vehículo se detuvo a su lado, interrumpiendo el tráfico en la autovía A-7 cerca de Marbella. De ambos autos descendieron entre cuatro y seis sujetos encapuchados, armados con pistolas, golpeando vehementemente la ventanilla. «¡Policía! ¡Abre!», vociferaron en repetidas ocasiones al chofer, antes de arrastrarlo fuera y golpearlo en la cabeza con una Glock, de la cual se liberó el cargador, esparciendo cartuchos Luger sobre el pavimento.
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