Existe un conocimiento popular que todos, o al menos la mayoría, tenemos: cuando sufrimos molestias estomacales, un té de manzanilla puede ser nuestro mejor aliado. Esta sabiduría, transmitida de generación en generación en España, es ciertamente útil, pero también parcial, pues la manzanilla posee muchas otras propiedades y beneficios que a menudo pasamos por alto.
Desde hace tiempo, empezamos a darnos cuenta de que los consejos de nuestras abuelas sobre hierbas y remedios naturales estaban respaldados por una base más sólida de lo que inicialmente pensábamos. Lejos de ser meras supersticiones, estos consejos han demostrado tener resultados positivos en problemas que generalmente intentamos resolver con fármacos.
Las infusiones pueden complementar este tipo de tratamientos y ayudarnos a aliviar el estrés, disminuir dolores o eliminar distintos malestares. La manzanilla no es una excepción a esto, solo necesitamos saber cuándo utilizarla.
La manzanilla es una de las hierbas medicinales más famosas, en gran medida debido a sus propiedades para aliviar inconvenientes digestivos y estomacales. Pero, indiscutiblemente, posee muchos más beneficios. Normalmente, la manzanilla se consume en forma de infusión, secando su flor y tomando como si fuera una taza de té. Pero también se puede consumir en cápsulas, o aplicar tópicamente como extracto.
Es común recurrir a la manzanilla cuando sentimos pesadez tras una comida copiosa. También se aconseja para personas con dificultades digestivas y para aquellos que padecen de aerofagia, debido a su capacidad para disminuir la presencia de gases. Asimismo, puede calmar síntomas gastrointestinales como diarrea, indicaciones de enfermedad por reflujo gastroesofágico o la indigestión.
La manzanilla es reconocida por sus propiedades antiinflamatorias, siendo muy útil para mitigar los síntomas de enfermedades respiratorias como el resfriado, la tos seca, el asma o la bronquitis. Aunque no existe evidencia científica sólida, a veces se sugiere su uso para disminuir la fiebre. Además, posee propiedades calmantes, lo que la hace adecuada para tratar situaciones de ansiedad, especialmente cuando estas se manifiestan através de molestias estomacales. Esta misma propiedad también contribuye a mejorar la calidad del sueño.
Además de su ingesta, la manzanilla también tiene usos tópicos, resultando útil para tratar piel irritada e infecciones de ojos y oídos a través de compresas de su extracto. También puede aliviar dolores musculares y de espalda.
Consumirla diariamente puede mejorar la calidad del sueño y la digestión, y tiene el efecto de ralentizar la digestión de los carbohidratos, lo que disminuye el nivel de glucosa en la sangre. También ayuda a disminuir la inflamación, la ansiedad y la congestión nasal.
No obstante, el consumo de manzanilla puede tener contraindicaciones. Generalmente, se considera seguro su consumo excepto en casos de alergia, especialmente en personas alérgicas a los girasoles y las plantas de la familia de las asteráceas. Además, tampoco se recomienda su uso regular en personas con alergia al polen o rinitis alérgica.
Este puede interactuar con ciertos medicamentos y potenciar los efectos de los anticoagulantes y los sedantes, como los medicamentos para la ansiedad o aquellos que causan somnolencia, como los antihistamínicos. Adicionalmente, para casos de conjuntivitis y blefaritis (inflamación del párpado), no se aconseja altamente el uso de lavados con la infusión de manera directa. Es más conveniente utilizar sueros y productos sugeridos por los expertos en salud.
Referencias
Shane-McWhorter, L. (2024, marzo 6). Camomila (o manzanilla). Manual MSD para el público general. https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/temas-especiales/complementos-diet%C3%A9ticos-y-vitaminas/camomila-o-manzanilla#Beneficios-atribuidos_v61151054_es
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