Respecto a los asesinatos en Mocejón, Jucil, la asociación mayoritaria dentro de la Guardia Civil, ha expresado su preocupación ante la lentitud de la respuesta de las fuerzas de seguridad. Pese a que se activaron dos patrullas tras el crimen, el lapso de respuesta superó los 40 minutos, un tiempo que permitió al culpable escapar.
La organización argumenta que estos incidentes ponen de manifiesto la insuficiencia de la actual cobertura de la Guardia Civil en las áreas rurales de España, como Toledo, donde recientemente se han producido dos asesinatos impactantes.
Refiriéndose al asesinato de un niño en Mocejón, Jucil informa que se movilizaron dos patrullas, una desde Seseña, que se encuentra a 39 km de distancia, y otra desde una localidad cercana, además del apoyo de Seprona desde Illescas, situado a casi media hora de distancia.
Sin embargo, el tiempo de respuesta fue de cuarenta minutos, un margen que permitió la fuga del asesino.
Por otro lado, en relación al crimen ocurrido en Otero, Jucil sostiene que la situación fue más crítica. Según sus datos, el primer aviso del altercado se recibió a las siete, pero los disparos no se oyeron hasta media hora después, y en todo ese tiempo, ninguna patrulla logró llegar al área de emergencia.
«Las demoras en el tiempo de respuesta son intolerables», indica en una nota de prensa Javier Montero, representante de Jucil. «En circunstancias críticas, cada segundo es crucial y la población en zonas rurales no puede seguir tolerando este nivel de desamparo. No podemos permitir que la lejanía y la escasez de medios arriesguen las vidas de las personas», añade Montero.
La organización solicita un aumento del número de agentes y propone una revisión de las tácticas de despliegue de la Guardia Civil, «porque todos los habitantes, independientemente de dónde residan, merecen ser protegidos sin demora, de manera efectiva y adecuada».
Escasez de agentes en Toledo y Castilla-La Mancha
Según Jucil, el más reciente catálogo de trabajos evidencia «una falta notable de agentes en la provincia de Toledo, donde precisarían al menos 200 guardias civiles adicionales».
Una escasez «igual de preocupante» en el resto de provincias de Castilla-La Mancha y que «se propaga a través de todo el país. «Deja a gran cantidad de comunidades rurales en una posición de vulnerabilidad en aumento», determina la asociación.
Jucil, que tiene una gran presencia en la Guardia Civil, ha criticado la insuficiencia de oficiales en zonas rurales, como Toledo, donde durante el fin de semana se registraron dos crímenes – los de una adolescente de 17 años en Otero y un niño de 11 años en Mocejón – y el tiempo de respuesta de la Guardia Civil excedió los 40 minutos.
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