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En el tercer trimestre, la economía sigue mostrando fortaleza y sugiere una posible nueva corrección ascendente de la expansión

En el improbable caso de que la economía nacional se detuviera abruptamente en la segunda mitad del año, una situación que tanto la Comisión Europea, el FMI y el Banco de España consideran poco probable excepto en un contexto de escalada de conflictos en el Oriente Medio o una desaceleración repentina de Estados Unidos, el efecto remolque del alza más alta de lo esperada del PIB en el primer y segundo trimestre permitiría que el Gobierno cumpla con un crecimiento del 2.4% para todo el año.

Esta perspectiva es apoyada por fuentes del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, quienes se muestran positivos con miras al futuro cercano. Esto confirma, con bastante seguridad, una próxima revisión ascendente de las cifras publicadas por entidades nacionales e internacionales.

La actividad económica del trimestre actual respalda este optimismo, como se muestra en el último informe semanal del departamento dirigido por Carlos Cuerpo. El informe destaca el crecimiento continuo del sector manufacturero – a diferencia de la contracción en gran parte de la zona del euro –, una actitud económica más optimista, una inflación que se ha reducido en seis décimas en julio hasta un 2.8% interanual – su tasa más baja desde principios de 2022 – y un número de turistas extranjeros que se mantiene en niveles históricamente altos, a pesar de un ligero descenso en junio.

La tendencia de afiliación ha experimentado una desaceleración impulsada por sectores como el de la hostelería, aunque se ha estabilizado en términos desestacionalizados. Además, ha habido una disminución notable en las inscripciones del último mes. A pesar de esto, las empresas parecen mantener un cierto grado de optimismo, según los datos recopilados por el Banco de España. La más reciente ‘Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad’ (EBAE) indica que las perspectivas del sector privado para el tercer trimestre se mantienen positivas y sugieren un continuo crecimiento en los ingresos de las empresas.

En base a los datos anteriores, las empresas encuestadas anticipan un aumento de la ocupación entre julio y septiembre. En este contexto, esperan que las presiones de costos sean equivalentes a las del segundo trimestre y pronostican un ligero incremento en los precios de venta en comparación con el periodo entre abril y junio.

La importancia de una reducción de las tasas de interés
La estrategia de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) será crucial para la evolución de la actividad en los próximos meses. La preocupación por un estancamiento de la mayor economía del mundo, junto con una inflación moderada en Estados Unidos del 2,9% en julio (el mínimo desde la primavera de 2021), proporciona argumentos a la Reserva Federal para reducir las tasas de interés en su reunión de septiembre.

Se espera que el BCE siga este rumbo, aunque la situación en la Eurozona presenta diferencias y es más compleja: con una inflación más persistente (particularmente en los servicios), una tasa de desempleo históricamente baja y un PIB que se mantiene estable a pesar de un crecimiento muy limitado.

Si se realizase en la zona euro, una segunda reducción de las tasas de interés este año disminuiría los costos financieros para las empresas y las familias. Esto podría actuar como un estímulo para la inversión, que aún se encuentra sumamente debilitada en España y que es una de las pocas variables que aún no ha logrado restablecer los niveles previos a la pandemia. El despliegue de los fondos Next Generation EU, que continúa adquiriendo dinamismo, también servirá como incentivo en este aspecto.

¿Se espera un incremento del PIB del 0,9% entre julio y septiembre?

De acuerdo con el modelo de predicción de crecimiento del PIB en tiempo real de MIPred, se estima que la economía crezca un 0,9% trimestral entre julio y septiembre y un 3,2% en términos anuales. Aunque aún es temprano para decirlo con seguridad, ya que la autoridad fiscal solo cuenta con una pequeña cantidad de referencias para realizar sus cálculos, confirma que el dinamismo de los meses pasados sigue vigente al inicio del trimestre actual.

Se espera un impulso de la actividad turística, que podría producir un récord en llegadas y gasto de los viajeros internacionales, y el probable aumento del consumo familiar de cara a las próximas rebajas de impuestos también apoyan las positivas perspectivas actuales de los principales indicadores macroeconómicos.

Según la reciente advertencia de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), las proyecciones económicas para el próximo periodo presentan un panorama desafiante. Los economistas de la fundación anticipan un ritmo económico más lento para 2025, con una tasa de crecimiento alrededor del 1,8%. Esta desaceleración se debe a la disminución del ahorro doméstico y su respectivo impacto en la demanda, junto con el agotamiento del sector turístico y el incremento de las importaciones. De igual manera, hacen hincapié en la constante debilidad que representa la inversión empresarial, expresando preocupación sobre el posible impacto en la productividad y el crecimiento. Con respecto al empleo, se espera una ligera desaceleración, pero aún se prevé la generación de 730.000 empleos nuevos dentro de este año y el siguiente.

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