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Gonzalo Bernardos, al hablar de la disminución de tiempo laboral, afirmó: «Un empleado con una jornada de 40 horas resultaba más costoso en 1982»

La disminución de las horas de trabajo es un asunto polémico en España actualmente. La eventual reducción desde 40 hasta 37,5 horas es un acontecimiento que mantiene en suspenso no solo a los empleados, sino también a las compañías que se preguntan cómo cambiarán sus beneficios una vez que se implemente una medida tan significativa.

Sin embargo, hay ciertas personas que no creen que esto se implementará en el futuro cercano. Entre ellos está el experto Gonzalo Bernardos, que se mostraba escéptico acerca de la adopción de esta medida. «Las 38,5 horas este año ya no son factibles; Me encantaría tener 37,5 horas en 2025, pero tampoco las veo posibles, porque tengo la sensación de que la patronal, en su mejor escenario, aceptaría una reducción gradual de horas», afirmó hace unas semanas en el programa ‘Más Vale Tarde’ de La Sexta.

Gonzalo Bernardos se ha consolidado como una de las figuras más representativas en asuntos económicos en el país y, por lo tanto, es habitual verlo en diversos medios de comunicación, siendo un colaborador regular en varios programas de La Sexta. Recientemente, como lo hizo unas semanas atrás, intervino para dar su opinión sobre la reducción de la jornada laboral, pero en esta ocasión lo hizo en el programa ‘laSexta Xplica’, utilizando información de productividad de hace más de 40 años para comparar su desarrollo desde que se implementó la jornada de 40 horas, con la reducción que se quiere llevar a cabo ahora.
Hace 40 años, la mano de obra era más costosa.

Gonzalo Bernardos ha refrendado desde el inicio su apoyo a la disminución del horario laboral, argumentando que sería altamente beneficioso tanto para los trabajadores como para la competitividad de las empresas nacionales. El economista ha expresado su descontento con la actitud del sector empresarial en estas negociaciones, haciendo especial énfasis en este último discurso. Considerando el incremento de productividad que se ha registrado entre 1983 y 2024, Bernardos asegura que la productividad ha crecido notoriamente más que el 6,25%, porcentaje con el que se propone reducir la jornada laboral.

De manera paralela al incremento de la eficacia laboral, Bernardos ha destacado la disminución del costo de mantener un empleado, indicando que «resultaba más costoso para el empresario mantener un empleado con 40 horas en 1982, que tener un empleado en 2025 que trabaja 37,5 horas». De este modo justifica la aplicación de la reducción de jornada hacia 2025, para la cual, según él, «no hay ninguna justificación para no hacerlo». Esta afirmación da a entender que el economista confía en que la reducción se implementará, aunque considera que el proceso será «más lento y con más obstáculos de los que inicialmente imaginábamos».

Por otro lado, es menos optimista en lo concerniente a las horas extra una vez que la jornada laboral se haya acortado. Bernardos opina que sería deseable que los empleados pudieran hacer más horas extra, pero percibe un problema: «El mismo trabajador terminaría haciendo las mismas horas que hasta ahora y es incierto si se le compensaría». En otras palabras, incluso con una jornada oficial de 37,5 horas, el trabajador terminaría trabajando las mismas horas sin recibir ningún pago adicional. «No podemos confiar en que el empresario las compense», sentencia Bernardos.

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