Marius Borg, descendiente de la princesa Mette-Marit de Noruega, reconoció haber atacado a una joven en su vivienda en Oslo la semana anterior, estando influenciado por estimulantes y alcohol.
«El pasado fin de semana sucedió una situación que no debería haber ocurrido nunca.
Cometí un acto de violencia y destruí cosas en una vivienda tras una discusión volviendo de mi exceso con el alcohol y la cocaína,» manifestó a través de su abogado en un pronunciamiento enviado a la emisora pública noruega NRK.
Borg también afirmó tener «diversas condiciones psicológicas» que le han ocasionado «desafíos» tanto en la adolescencia como en su adultez y aseguró que está tratando problemas con el alcohol. También enfatizó que se someterá a nuevo tratamiento y lo tomará «en serio».
«Mis problemas con el alcohol y mis diagnósticos no justifican lo sucedido… hace dos fines de semana. Quiero rendir cuentas por lo que hice y responsabilizarme ante la policía de manera honesta,» aseguró.
Borg subsecuentemente se disculpó con su pareja y su familia por los actos cometidos. Declaró: «Lo más importante para mí es pedirle disculpas a mi novia… Además, quiero dar mis disculpas a mi familia. Reconozco que con mis actos los he afectado profundamente.»
«Esto nunca debería haber ocurrido y asumo total responsabilidad por mis acciones», concluyó Borg. Hasta entonces, su reconocimiento no había sido conocido por la policía, de acuerdo a Henriette Taxt Rostadli, inspectora que habló con el medio noruego, VG.
De acuerdo al canal noruego TV2, la joven es una ex pareja de Borg, de 27 años, quién no es parte de la realeza. Desde la policía, indican que la víctima recibió atención médica, sin embargo, no se supo si sufrió «lesiones graves».
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