El período estival frecuentemente se relaciona con recreación, descanso y convivencia familiar. No obstante, puede presentarse como la ocasión perfecta para cumplimentar gestiones administrativas significativas, entre las que se encuentran las solicitudes de beneficios sociales. María Grandmontagne, una asistente social de Fundación Querer, explica varios motivos que convierten el verano en el período más adecuado para esta labor.
Gracias al menor número de solicitudes que se presentan durante la temporada estival, como lo afirma María, tramitar los beneficios sociales durante este tiempo tiene una ventaja considerable. «En los meses de verano, una buena cantidad de personas disfrutan de sus vacaciones, resultando en menos solicitantes que en el resto de las temporadas del año», señala María.
Esto a menudo conduce a una disminución en los tiempos de espera y a una mayor dedicación por parte de los trabajadores de asistencia social.
María también indica que «en verano el personal social y administrativo tiende a tener una carga laboral reducida». Como consecuencia, pueden concentrarse más en cada caso único, proporcionando una guía más exhaustiva y una administración más eficiente. La disponibilidad de los profesionales durante esta temporada puede hacer una notable diferencia en la rapidez y eficacia del método empleado.
El verano puede ser una buena ocasión para efectuar una evaluación de las circunstancias económicas y familiares. María alienta a hacer uso de las vacaciones para reflexionar en las necesidades y prioridades de la familia. Con más tiempo disponible, las familias tienen la oportunidad de recolectar y ordenar los documentos necesarios para la solicitud del apoyo, asegurando que no se pasen por alto detalles de importancia.
Un beneficio adicional es el alivio financiero que ofrece. «Recibir soporte social durante el verano puede mitigar de forma notable los gastos familiares, especialmente en un tiempo donde estas suelen incrementar debido a las vacaciones de verano y al regreso a la escuela», añade María. Las ayudas económicas pueden brindar una pausa financiera que contribuya a una mejor distribución del presupuesto familiar.
María destaca el valor de la estrategia a largo plazo. Dice que organizar subsidios en los meses de verano permite a las familias asegurar su futuro para el resto del año. Al adelantar estas ayudas, es posible prevenir problemas financieros de urgencia y asegurar el equilibrio económico.
«Aunque el verano se suele asociar con el ocio, también es una época propicia para coordinar asistencia social y beneficios económicos. Con una demanda más baja, más tiempo libre de los trabajadores sociales y un impacto beneficioso en las finanzas del hogar, lo útil de hacer estas gestiones durante el verano es notorio», dice finalmente María Grandmontagne.
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