En 2023 se otorgó la ciudadanía española a 243.481 individuos, el número más elevado desde 2013, marcando aparentemente el fin del prolongado retraso que afectaba a los extranjeros en trámites de naturalización, el último paso de su procedimiento migratorio para muchos.
Esto fue posible gracias al uso de tecnología de automatización de procesos robóticos para revisar expedientes, permitiendo que los solicitantes que anteriormente tenían que esperar años para obtener una resolución ahora lo consiguen en pocos meses.
El año 2013 con 261.295 concesiones fue el último en el que las cifras fueron tan altas.
Sin embargo, ha habido otros aumentos notables, como en 2019 o 2021, debido a medidas temporales implementadas por el Departamento de Justicia para acelerar las concesiones, principalmente mediante la ampliación del personal.
«La clave es la automatización», explica Ester Pérez, Directora General de Seguridad Jurídica y Fe Pública en una entrevista, quien es responsable del ministerio bajo la dirección de Félix Bolaños.
Varios «robots» ahora revisan los documentos que corroboran el cumplimiento por parte de los solicitantes de los requisitos necesarios, como el período de residencia en España (que difiere según el caso), haber superado pruebas de idioma y de integración y no tener antecedentes penales ni informes policiales adversos. Esta tecnología ha permitido incrementar la velocidad de las resoluciones, ya que, como señala Pérez, «un robot no se fatiga». Además, es más exacto y riguroso, por lo que evita los errores humanos que antes podían ocurrir, como erros en la digitación del nombre de una persona para verificar sus datos, y previene el fraude.
De acuerdo con el Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, las mujeres entre 35 y 49 años conforman el grupo más grande que obtuvo la ciudadanía en 2023. Marruecos (45.799), Venezuela (36.409) y Colombia (20.380) son los países de procedencia más comunes entre ellos.
La vasta mayoría de los nacionalizados por residencia provienen de países iberoamericanos, como Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal, o son de ascendencia sefardí. Para ellos, el período de residencia requerido es de apenas dos años.
Lladitza Alvarado, venezolana de 65 años, es una de estas personas. Después de haber esperado casi dos años desde que solicitó la nacionalidad, había perdido la esperanza. No pensó que se la concederían debido a su edad y a su humilde trabajo de cuidadora que le brindaba unos ingresos mensuales de solo 800 euros.
Sin embargo, en 2023, recibió su confirmación de nacionalidad y ahora se siente más estable y orgullosa de ser parte de España. Gracias a su nueva ciudadanía, pudo viajar a Miami en diciembre pasado para visitar a su nieta, a quien no había visto en casi una década.
Actualmente, Alvarado trabaja limpiando edificios por la mañana y repartiendo comida a domicilio por la tarde, empleos que continuará realizando «mientras su salud se lo permita».
Gerson Alexandrick Mejías, también de Venezuela, alude a la «estabilidad» y la «tranquilidad» tras conseguir su nacionalidad. Llegó a España en 2017, obtuvo asilo por motivos humanitarios y hace tan solo un mes recibió la confirmación de su nacionalidad, después de un proceso de apenas cinco meses.
«Ahora me siento un poco más en paz, lo que realmente estaba buscando», dice este hombre de 32 años, aliviado de no tener que renovar sus documentos anualmente. Realizó este trámite no solo por sí mismo sino también para su hija, quien a los 5 años fue diagnosticada de leucemia. Afortunadamente, este es un episodio antiguo y superado gracias al tratamiento que recibió en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
De tener que esperar 3 o 4 años, a obtener la aprobación en cuestión de meses
En firmas de abogados especializados en asuntos de inmigración como Parainmigrantes, se ha notado un cambio significativo en los tiempos que se tarda en completar este proceso, según indica Vicente Marín, uno de sus abogados. «En otro tiempo, se manejaban tiempos de espera de 3 a 4 años, incluso más grave en algunos casos… Hoy en día, estamos dentro de los plazos legales, de un año, y muchos casos se resuelven mucho antes», indica este abogado con más de 25 años de experiencia.
Este cambio ha llevado a que en firmas como la suya, sea innecesario recurrir a los «miles de recursos» que antes se presentaban cuando los plazos se extendían excesivamente. Sin embargo, Marín no cree que sea el fin del «atasco» habitual en la resolución de estos casos.
Información del Departamento de Justicia a junio de 2024 revela que sin resolver sus pendientes hay 203.674 expedientes: aunque la gran mayoría son recientes, algunos han estado esperando casi una década (282 desde 2015).
Shakira Palacios, de la consultoría Emigrando, también ha observado como sus clientes han pasado de esperar entre dos años y dos años y medio a lograrlo en solo dos meses. Celebra que a diferencia de los planes de acción anteriores, este es un cambio que parece mantenerse.
«Antiguamente, se realizaban múltiples fallos que resultaban en numerosas solicitudes, lo que ocasionaba retrasos significativos en los expedientes porque los trabajadores (contratados de manera especial para fortalecer el personal) no poseían la formación completa», detalla. Adaptación: ¿A qué hora se suele cenar en el territorio español?
Un requisito clave para obtener la ciudadanía española es aprobar un examen de idioma, particularmente si el español no es su lengua nativa, y una prueba de Conocimientos Socioculturales y Constitucionales de España (CSSE), que busca constatar cierto grado de integración en la nación.
Esta evaluación es administrada por el Instituto Cervantes, que lo instauró en 2015 para reemplazar el antiguo método de una entrevista personal con un juez en el Registro Civil.
«El juicio del juez influía en la dificultad de las preguntas planteadas y, dada la inconsistencia de las entrevistas, existían muchas desigualdades y recursos excesivos», detalla Philippe Robertet, subdirector de Relaciones Internacionales del Instituto Cervantes.
La evaluación actual se compone de 25 ítems de opción múltiple, cada uno con tres posibles respuestas, extraídas de un banco de 300 preguntas que abarcan temáticas como legislación, geografía, cultura y sociedad, de las cuales al menos 15 deben ser correctas.
Algunas de las interrogantes que componen este examen incluyen: ¿Cómo se ratificó la Constitución?; ¿Cuál es la montaña más alta de la península Ibérica?; ¿En qué provincia se ubica el Parque Nacional de Monfragüe?; ¿Qué músico creó ‘El amor brujo’?; ¿A qué hora es usual cenar en España?.
En mayo pasado, el examen traspasó el hito de un millón de personas que lo han realizado desde su implementación, con una aprobación que oscila entre el 95 y el 96% de los examinados.
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