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El 10% de los establecimientos de comida y bebida dependen de la clientela extranjera, desde bares comunes hasta restaurantes con estrella Michelin

Durante el puente de agosto, el sector turístico muestra un rápido crecimiento con la promesa de establecer un nuevo récord tanto en términos de llegadas extranjeras como de gasto. En solo los primeros seis meses, más de 42,5 millones de individuos visitaron alguna parte de España, un aumento del 13,3% en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Es importante destacar que su gasto creció a un ritmo mucho más alto. Hubo un aumento del 20%, superando los 55.500 millones de euros, cantidad que equivale a lo que la Seguridad Social paga por cuatro meses de pensiones contributivas.

La visita de estos turistas es de gran importancia para la industria de la hostelería, ya que la facturación del 10% de los establecimientos, alrededor de 26.400 a nivel nacional, depende de los turistas internacionales. Se considera que un establecimiento es dependiente del turismo, ya sea nacional o extranjero, cuando éste es responsable de tres de cada diez euros de su facturación. Según las estimaciones de CaixaBank Research, este porcentaje incluso excede el 30% en el caso de los establecimientos cuyos ingresos dependen en general del turismo, independientemente del origen de sus clientes.

La hostelería contribuye con el 3,9% del valor añadido bruto (VAB) de la economía española total y genera el 9% de todos los ingresos anuales del sector servicios. Los cambios en los hábitos de consumo, que han redirigido parte de los gastos en bienes a actividades de ocio y entretenimiento, han brindado un estímulo para esta actividad, que se recuperó con fuerza tras la pandemia de Covid.

Hoy en día, el sector de hostelería consta de unos 232.000 negocios, siendo la gran mayoría de ellos micropymes (que tienen menos de diez trabajadores) con una gran cantidad de ellos siendo bares y cafeterías. Aunque las grandes corporaciones de hostelería en España solo representan un 0,1% del total, sí juegan un papel significativo en la economía, ya que crean cerca del 17% del valor bruto agregado y el 21% del empleo total.
Se estima que el turismo será uno de los principales impulsores de la economía durante el tercer trimestre, tras haber superado las previsiones en los dos primeros trimestres. El Consejo General de Economistas (CGE) proyecta que la extensión de la temporada turística hasta octubre (principalmente debido a la afluencia de turistas extranjeros) permitirá que su influencia se extienda hasta el segundo semestre por un efecto de arrastre.
En un ambiente fuertemente afectado por la crisis de inflación, los ingresos anuales por negocio en el sector se han incrementado en más del 11% entre 2019 y 2023, alcanzando un promedio de 230.000 euros. Los expertos de esta entidad indican que este aumento no se debe sólo al efecto de los precios, sino también a un cambio en la composición del sector, ya que durante este periodo han cerrado negocios que estaban en la parte baja de facturación (principalmente bares y cafeterías), mientras que ha habido un aumento en restaurantes y empresas de catering.
Con respecto a la llegada de turistas internacionales, el incremento en el gasto se explica por un aumento en las visitas y el gasto promedio por turista. Esto se debe no solo al aumento de los precios, sino también al crecimiento en la demanda de turismo de alta calidad y la habilidad de la industria para satisfacer esta demanda, según el Equipo Económico.

La empresa señala que hasta junio, el mercado de trabajo había estado generando empleos durante 50 meses seguidos en términos desestacionalizados, destacando que la mayor parte de eso se debe a las actividades turísticas. Por esa razón, se espera que la generación de empleo siga aprovechando las cifras sin precedentes que el sector ha mostrado durante el año y que continúan proyectándose para el resto del mismo.

Mirando hacia el medio plazo, no se descarta una reducción en el impacto del turismo para el desarrollo de la actividad económica. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) pronostica que el ritmo de expansión del producto interno bruto en 2025 se debilitará debido a una desaceleración en la demanda interna y un enfriamiento del sector externo. Se prevé un aumento importante en las importaciones, un estancamiento del auge turístico y una gradual disminución del ahorro de las familias, lo cual repercutirá en el consumo privado, reduciendo su previsión de crecimiento en dos décimas hasta el 1,8%.

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