En los Estados Unidos, el umbral federal del salario mínimo ha estado estancado en 7,25$ por hora desde 2009, lo que ha llevado a que la mayoría de los contratos laborales se ajusten a la referencia estatal conforme a las leyes de trabajo, que obligan a aplicar el salario mínimo más alto, siendo este solo el 18% del salario promedio, según la OCDE.
Según el Instituto Público de Economía, para el 1 de julio, ya 48 estados, junto con Washington D.C., habían adoptado un salario mínimo que era igual o superior al federal, y 24 de ellos verán incrementos adicionales en los próximos meses.
Sin embargo, la vicepresidenta de los Estados Unidos y candidata demócrata para las elecciones del 5 de noviembre, se ha comprometido a revitalizar esta política y aumentar el salario mínimo federal si resulta victoriosa en las elecciones. La vicepresidenta del equipo de Joe Biden hizo este anuncio en un mitin en Los Ángeles el sábado pasado, donde también prometió abolir los impuestos que actualmente se aplican a las propinas de los trabajadores de servicios, propuesta que también había hecho Donald Trump. La peculiaridad de la situación en los Estados Unidos llevó a Harris a asociar ambas cuestiones, ya que también existe un salario mínimo inferior para aquellos trabajadores que reciben ‘propinas’, establecido en 2.13$ por hora.
Es un hecho que la política demócrata no especificó a qué número exacto pretende aumentar esta suma, aunque anteriormente ha mencionado un salario mínimo de 15$, como citan los medios locales, y esto es lo que los votantes en Alaska decidirán si implantar para 2027. Ya existen estados como Nueva Jersey (15,13$), Washington (16,28$) o California (16$) que superan este objetivo, aunque aún quedan 33 estados que mantienen un salario mínimo por debajo de los 12$ por hora, lo que significaría un aumento considerable. Asimismo, cabe recalcar que en algunos lugares, se permite que los jóvenes y las personas con discapacidades cobren un salario por debajo del mínimo, sin que se haya detallado si esta práctica será prohibida.
Según un cuadro comparativo desarrollado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2023, el salario mínimo en los Estados Unidos solo representaba el 18,33% del salario medio de los trabajadores a tiempo completo (40 horas). Esta cifra es notablemente baja en comparación con países europeos como España, donde los incrementos salariales en los últimos años han hecho que el salario mínimo represente el 43,68% del salario medio; Alemania, donde la cantidad es el 45,27%; Francia, donde el salario mínimo iguala al 50,21% del salario medio; o Irlanda, donde esta cifra alcanza el 37,44% del sueldo promedio.
Todos estos países establecen un salario por hora más alto que el de Estados Unidos cuando realizamos la comparación en dólares. En España, el salario fijado es de 9,13$ (o 8,28 euros si no se incluyen los pagos extras), mientras que en Alemania es de 13,69$, en Francia es de 12,85$ y en Irlanda es de 14$. Según un análisis efectuado por la OCDE, el valor constante (usando la tasa de cambio de 2021), para el año 2022, el salario anual de un trabajador que ganaba el salario mínimo en los Estados Unidos era de 15.080 dólares, en comparación con los 20.791$ en Francia y los 21.422$ en Alemania.
El mes pasado, 22 países aumentaron su salario mínimo, siete de los cuales superaron los 15$. Este cambio afectó aproximadamente a 10 millones de trabajadores. Había un alto número de mujeres en este grupo (57,9%), así como de trabajadores negros e hispánicos, que representaban respectivamente el 11,1% y el 37,9% de los trabajadores que se beneficiaban de estos incrementos. No podemos determinar cuántos trabajadores están cubiertos actualmente por el salario mínimo federal, pero la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó en 2021 que aumentarlo a 15$ en 2025 beneficiaría a 17 millones de trabajadores, pero también podría resultar en la pérdida de 1,4 millones de empleos.
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