La oficina del fiscal en la ciudad polaca de Lublin ha presentado una acusación formal de espionaje contra el periodista hispano-ruso, Pablo González. En las últimas dos semanas, este ha sido liberado de la prisión preventiva en Polonia, donde ha estado durante dos años y medio, y transferido a Rusia como parte de un intercambio histórico de prisioneros.
La fiscalía le imputa a González haber entregado datos de interés a los servicios secretos rusos que podrían resultar perjudiciales para Polonia. Además, se le acusa de difundir información falsa y de realizar actividades de reconocimiento, desde abril de 2016 hasta febrero de 2022.
«Las acciones del imputado abarcaron, entre otras cosas: la adquisición y transmisión de datos, el despliegue de desinformación y la ejecución de tareas de reconocimiento como parte de operaciones (espionaje)», se lee en la declaración emitida este miércoles por la Fiscalía General del Estado.
La formalización de la acusación fue efectuada por la fiscalía de Lublin, especializada en crimen organizado y corrupción, ante el Tribunal de Distrito de Przemysl el pasado 9 de agosto, según el informe.
Sanciones de entre 3 y 15 años de cárcel
Según el artículo 130 del código penal polaco que se aplicaba hasta el 1 de octubre del año anterior, González podría enfrentar una condena de entre 3 y 15 años de reclusión.
El comunicador, que posee doble ciudadanía y también se le conoce como Pavel Rubtsov, fue arrestado cerca de la frontera polaca bajo sospecha de espionaje el 27 de febrero de 2022 y se mantuvo en prisión preventiva sin que se realizaran acusaciones formales hasta el pasado 1 de agosto.
En esa fecha, fue incluido en el más reciente intercambio de prisioneros entre Rusia y las naciones occidentales desde la Guerra Fría, en el que participaron 24 individuos que estaban encarcelados en Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega, Rusia y Bielorrusia.
Ocho ciudadanos rusos, encarcelados en Europa, fueron recuperados por Rusia, incluyendo a Vadim Krásikov, también conocido como el «Asesino del Tiergarten» y varios agentes reconocidos del espionaje ruso. Przemyslaw Nowak, portavoz de la fiscalía estatal polaca, informó a la prensa local que el caso contra González no había sido cerrado como afirmó su abogado español, Gonzalo Boye. Un caso en curso de esta naturaleza probablemente dificultará el regreso de González a la Unión Europea por temor a ser arrestado y extraditado a Polonia.