Hace un par de años, el afamado cocinista José Andrés decidió embarcarse en una apasionante travesía a lo largo de España con sus tres hijas nacidas en Estados Unidos: Carlota, Inés y Lucía. Esta expedición no era simplemente una aventura familiar; fue el núcleo de la emocionante docuserie titulada «José Andrés y familia en España», difundida por HBO Max.
Distribuida en seis capítulos, la serie abordó la diversa y fascinante cultura culinaria española, promoviendo al mismo tiempo el turismo en la nación, una tarea en la que José Andrés se empeñó particularmente tras la crisis sanitaria de Covid-19.
«Al finalizar la pandemia, me propuse impulsar España, su turismo y su cocina, que habían sido duramente golpeados. Y dado el éxito que tuvieron los videos de cocina que hice con mis hijas durante el confinamiento y que compartimos en redes sociales, aprovechamos la oportunidad para hacer un programa. Así que lo centramos en dar a conocer lo mejor de España», compartió el chef asturiano en una conversación con Efe.
La odisea comenzó en Cataluña, una región que tiene un gran significado para José Andrés, ya que fue en la ciudad de Barcelona donde adquirió las habilidades que lo llevaron al estrellato. Durante su tiempo en la ciudad, la familia visitó el famoso mercado de la Boquería, se regocijó con las tapas en Tapas 24 del amigo de José, Carles Abellan, y se reunió con Ferran Adrià en El Bulli, local que durante mucho tiempo fue su hogar. «Regresar a Barcelona fue algo muy especial para mí, especialmente después de una pandemia. Fue muy emotivo volver a encontrarme con mi maestro y amigo Ferrán y ver cómo ha evolucionado el lugar que fue mi casa durante tanto tiempo», expresó José Andrés con cierta melancolía.
La travesía no se confinó a Cataluña, sino que guió a la familia a través de varias regiones destacadas de España como Córdoba y Andalucía, Valencia, Madrid, Asturias, y la isla volcánica de Lanzarote. Este último lugar de visita, particularmente dejó una impresión significativa en sus hijas y descubrieron un producto español que se robó sus corazones, que no fue ni la paella ni la tortilla de patatas. «Mis hijas quedaron encantadas con la isla. Nunca antes habían estado allí y quedaron impresionadas con los carabineros locales y cómo preparaban la comida con piedras volcánicas», recordó José Andrés.
En Lanzarote, tuvieron la ocasión de conocer sobre la pesca de los carabineros, un crustáceo altamente apreciado por su robusto sabor y características singulares. Durante su estancia en el barco Atlantis Seis, que se dedica a la pesca de estos mariscos, el capitán les ilustró el procedimiento de captura y tuvieron la oportunidad de ver de cerca a estos preciados seres. El carabinero, famoso por su intenso color rojo y potente sabor, se ha consagrado como un ingrediente esencial en guisos y arroces, además de ser un exquisito manjar en mariscadas.
Conforme a la Fundación Española de Nutrición (FEN), el carabinero, de la especie Plesiopenaeus edwardsianus, es un gran crustáceo decápodo que puede llegar a alcanzar hasta 30 cm de tamaño. Su color rojo intenso es constante, con una tonalidad más fuerte en la cabeza y en la cola.
Este marisco, popular debido a su riqueza en proteínas y omega-3, es también bastante abundante en minerales tales como fósforo, calcio, hierro, magnesio y zinc, entre otros elementos. No obstante, se debe considerar que su nivel elevado de colesterol hace que este alimento deba consumirse con precaución, en particular para aquellos con alto colesterol sanguíneo.
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