España es un país pequeño pero diverso. En su sur, encontramos la influencia del al-Andalus, mientras que el este tiene un toque mediterráneo. El centro se caracteriza por las dehesas castellanas y en el norte, se percibe la contundente unión de las montañas con el mar que resulta en paisajes impresionantes.
Dentro de esta región norteña, se encuentra Cantabria, hogar de San Vicente de la Barquera, un encantador pueblo ubicado en el Parque Natural de Oyambre, situado cerca de una ría. Su casco antiguo fue nombrado como Patrimonio Cultural de Cantabria en 1987.
Este casco antiguo, conocido como Puebla Vieja, se ubica sobre colinas rodeadas por rías e invita a los visitantes a perderse por sus calles empedradas. Aunque pequeño, alberga edificaciones importantes como su castillo e iglesia.
En la edad medieval, San Vicente de la Barquera era una villa fortificada con un castillo, el Castillo del Rey de San Vicente del siglo XIII, y una muralla alrededor de la antigua ciudadela alta, de la cual solo una parte y algunas puertas permanecen.
Entre los edificios civiles, se destaca la Torre del Preboste, que era la oficina del oficial del rey (preboste) encargado de la recaudación de impuestos en la Edad Media y que más tarde se convirtió en una cárcel pública. Además, sobresale el Palacio de la Familia Corro, que ahora funciona como ayuntamiento. Esta construcción renacentista fue ordenada por el Inquisidor Antonio del Corro en el siglo XVI para alojar a los enfermos de la villa.
En referencia a la arquitectura sagrada, podemos observar la iglesia de Santa María de Los Ángeles, ubicada en la cima de la villa. Esta iglesia de estilo gótico fue construida durante los siglos XII y XIV y en su interior se encuentra la tumba de Antonio del Corro, un inquisidor notorio, marcada por una impresionante estatua funeraria.
A una cierta distancia del centro de la villa, pero aún accesible a pie, se ubica el Santuario de la Barquera, una reliquia medieval que resguarda en su interior la efigie de la Virgen de la Barquera. Según las leyendas locales, la Inmaculada llegó a este lugar en un pequeño barco sin velas ni tripulantes.
El Puente de la Maza es uno de los elementos más característicos de San Vicente de la Barquera, siendo la ruta que nos conduce a las playas. Esta impresionante obra de ingeniería fue comenzada en el siglo XV, sustituyendo una edificación anterior de madera y se llegó a componer de una treintena de arcos. Sin embargo, la versión que apreciamos hoy proviene de la era de Carlos III.
¿Qué se puede hacer en San Vicente?
La Avenida de los Soportales y la Avenida Antonio Gallery son el hogar de muchos de los negocios de la localidad. Se pueden encontrar varios bares para relajarse y compartir una botella de sidra, además de una selección de heladerías y restaurantes especializados en mariscos y pescados. En dirección al Puente de la Maza, existe un amplio estacionamiento gratuito que destacamos por contar con una máquina dispensadora de leche.
Una vez que pasemos el Puente de la Maza y sigamos la costa, nos encontraremos con la Playa de la Maza (destinada a perros) y la Playa del Tostadero, las cuales se ubican junto a la ría y son ideales para practicar paddlesurf. Si continuamos nuestro camino, nos encontraremos con la Playa Merón, un arenal sorprendente caracterizado por su fuerte oleaje, con pastizales al fondo y una amplia extensión de arena (que varía mucho dependiendo de la marea). Esta playa es popular por el surf y cuenta con áreas designadas para esta práctica, así como varios talleres y escuelas de surf.
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