En la España rural, muchos niños y jóvenes están desapareciendo. Esto es un indicador preocupante, ya que representa una falta de progreso y esperanza. En la localidad donde hay abundancia de jóvenes, se ve una vibrante infraestructura y servicios superiores tales como escuelas avanzadas, centros de salud bien dotados, parques para niños y espacios recreativos adecuados.
Sin embargo, en muchos pequeños pueblos de España, este no es el caso.
Estos pueblos están experimentando una despoblación considerable y un envejecimiento significativo de sus habitantes debido a la falta de oportunidades laborales, la limitación de recursos y el difícil acceso a servicios básicos.
Todo esto impulsa a las familias jóvenes a buscar un futuro más prometedor en las grandes ciudades urbanas. Esta emigración de la población joven conduce a consecuencias graves como una disminución de la tasa de natalidad, el cierre de las escuelas y el colapso de las empresas locales, lo que implica una pérdida gradual de la identidad y el potencial de estos pueblos.
Un ejemplo de esto es la provincia de Segovia en la comunidad de Castilla y León, que a pesar de tener una considerable población infantil en su capital y en El Espinar, hay municipios que apenas tienen jóvenes. Según un informe del Consejo General de Economistas basado en los datos de población de 2023, hay pueblos donde no vive ningún joven menor de 16 años, incluidos:
– Alconada de Maderuelo.
– Aldeasoña.
– Arahuetes.
– Arevalillo de Cega.
– Bercimuel.
– Calabazas de Fuentidueña.
– Castro de Fuentidueña.
– Castrojimeno.
– Fuente el Olmo de Íscar.
– Fuentepiñel.
– Navares de Ayuso.
– Orejana.
– Pelayos del Arroyo.
– Santa Marta del Cerro.
– Ventosilla y Tejadilla.
– Villaverde de Montejo.
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