Categorías: Crónica
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14 agosto, 2024 7:52 pm

Se hallaron las reliquias de Teodomiro, el clérigo que localizó la sepultura del apóstol Santiago

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Un estudio multidisciplinario ha logrado identificar, mediante pruebas genéticas, al obispo Teodomiro, quien según la mitología apostólica, descubrió la tumba del apóstol Santiago en el siglo IX en el territorio donde se ubica actualmente la capital de Galicia, uno de los lugares de peregrinación más importantes del mundo.

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Durante años, las dudas sobre la existencia del obispo de Iria Flavia, en la parroquia de Padrón, en La Coruña, se disiparon cuando en 1955, el arqueólogo Manuel Chamoso Lamas encontró una lápida en una necrópolis bajo la Catedral de Santiago de Compostela, la cual se atribuía a Teodomiro y fechaba su deceso en 847 d.C., como indica la Fundación Catedral en un comunicado.

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Este martes, recuerdan los resultados del proyecto internacional dirigido por Patxi Pérez Ramallo. Los estudios iniciales, que identificaron los restos enterrados en ese sepulcro como los de un hombre de edad avanzada, fueron cuestionados en los años 1980 después de realizar nuevos análisis que sugerían que pertenecían a una mujer, y por ende, no podían ser de Teodomiro.
El ermitaño Pelayo acudió a Teodomiro después de presenciar un fenomeno celeste que lo llevó a un campo donde encontró un antiguo mausoleo lleno de restos humanos. Según la leyenda, Teodomiro tuvo una revelación después de tres días de contemplación y ayuno, y concluyó que el mausoleo descubierto por Pelayo contenía los restos de Santiago el Mayor, discípulo de Jesucristo. Teodomiro y Pelayo son considerados los iniciadores del Camino de Santiago.

Por orden del rey Alfonso II de Asturias, el obispo se encargo de la construcción de una iglesia sobre una tumba, dando inicio a la conocida tradición de peregrinación hacia el lugar que hoy conocemos como Santiago de Compostela, siguiendo la ruta del Camino Primitivo.

Pasado más de medio siglo desde que Chamoso Lamas descubriera el sepulcro, la avanzada tecnología ha permitido a una investigación internacional afirmar que los restos pertenecen a Teodomiro. Según los estudios, la tumba guarda los huesos de un solo individuo, que murió a los 45 años o más en el año 847 d. C., coincidiendo con la inscripción encontrada en la cripta de la basílica de Compostela.

Además, tras analizar los isótopos estables de oxígeno, los investigadores han concluido que el individuo vivió cerca de la costa, lugar donde se ubica Iria Flavia. Dicha investigación arqueogenética fue realizada por expertos de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) en colaboración con el Instituto Max Planck de Geoantropología y la Universidad de Estocolmo, entre otras. Aseguran que el perfil genético varía levemente del de los europeos contemporáneos, acercándose más a los íberos romanos, los visigodos del sur de Iberia y las poblaciones islámicas ibéricas.

Este hecho es concordante con el perfil de alguien que habitó en lo que hoy es España hace 1.200 años, y coincide con estudios previos que indican patrones migratorios como resultado de la conquista musulmana de la península por el Califato Omeya en el siglo VIII.

Según la Fundación Catedral, aunque confirmar la identidad de un individuo que murió hace 1.200 años presenta retos significativos, se han aceptado las evidencias que lo vinculan con el obispo Teodomiro. De confirmarse, Teodomiro pasaría a ser la figura histórica reconocida más ancestral de España y una de las más antiguas de Europa.

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