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Hacer un viaje en mototaxi a través del sector más riesgoso de Caracas, ahora considerado territorio hostil para Maduro

Con más de tres décadas de vida, Jairo R. maneja su mototaxi esperando pasajeros en el sector inferior del barrio Petare, ubicado al este de Caracas. Vistiendo un abrigo en tonos negro y morado con la palabra «Mototaxi», conversa con sus colegas en esta jornada de viernes, precisamente el 2 de agosto, alrededor de las nueve de la mañana.

Un periodista se aproxima al grupo para preguntar el precio de un viaje hasta la calle 24 de Marzo. La respuesta obtenida es «Un dólar». Sin más, un colega mototaxista señala a Jairo y le dice que él debería ser el que realice la carrera.

Jairo se levanta, abre el asiento de su vehículo y le ofrece un casco al periodista. Ambos abordan la motocicleta y comienzan su recorrido por la carretera Petare-Guarenas. Sin embargo, de repente, cambian el curso para tomar la calle Antonio José de Sucre, ascendiendo sinuosamente a través del barrio.

Petare es uno de los barrios más densamente poblados en Latinoamérica, con un estimado de 700 mil residentes de acuerdo con los censos más recientes. La gran mayoría de la población vive en humildes estructuras apiladas de ladrillos sin terminar, que se extienden y cubren las Montañas hasta donde llega la vista. Los residentes de Petare utilizan un laberinto de escaleras y pasadizos para ascender y descender los cerros en donde se ubican sus casas. Ante la falta de sistema de drenaje, las escaleras se tornan resbaladizas y peligrosas durante las fuertes tormentas, aunque aun así, son una ruta más corta que utilizar las calles.

Jairo está casado y originario de Petare, al igual que su padre. Su esposa proviene del este del país y están intentando formar una familia. «Vivimos en una pequeña casa que le arrendamos a un colombiano. Pagamos 50 dólares al mes. Es el precio estándar en esta zona», expresa Jairo procurando esquivar a otra moto que baja por la calle.

En este lugar, el intercambio monetario es principalmente en dólares.

En un país donde la ley prohíbe la denominación de los precios en dólares, la gente no ha dejado de hablar ni de pensar en la divisa estadounidense. Las personas todavía pueden realizar transacciones en bolivares, sin embargo, la preferencia recae en el dólar pues proporciona una mayor resistencia frente a las frecuentes devaluaciones (siete hasta la fecha bajo el régimen chavista).

Jairo, un motociclista y propietario de su propio vehículo, invirtió 500 dólares en su compra. Al comprar combustible, gasta un dólar por cada dos litros, aunque hay establecimientos cercanos que ofrecen un litro extra por el mismo precio. A pesar de que el estado proporciona un cupo de 60 litros mensuales de gasolina para motos a precio muy reducido, Jairo no puede hacer uso de este beneficio, ya que este requiere de un cupón digital del cual carece. Incluso si lo tuviera, tendría que soportar largas horas de fila en una de las pocas estaciones de gasolina donde el estado oferta este subsidio.

Como miembro del colectivo de motorizados, Jairo paga una cuota semanal de siete dólares. Según él, no existen líderes y todos son considerados socios. En un día bastante ocupado, puede llegar a ganar 20 dólares, y en uno desfavorable, solo 7 dólares. Sus ingresos oscilan entre 150 y 230 dólares mensuales, suficiente apenas para cubrir sus necesidades básicas y pagar el alquiler de su vivienda.

Con este escaso dinero, Jairo y su esposa deben administrarse para realizar la compra de alimentos a diario, ya que no tienen capacidad para ahorrar, deleitarse con sesiones de shopping en centros comerciales o realizar visitas familiares al este del país. De hecho, Jairo ha compartido: “No cuento con los medios financieros para visitar a mi abuela”.

Jairo no tiene hijos, por lo que no es beneficiario del programa de bolsas de alimentos denominado CLAP, gestionado por lo que describió como los lazos chavistas corruptos del vecindario. “Cuando se distribuyen estas bolsas, les quitan el aceite y el azúcar para revenderlos,” afirma Jairo, quien asegura que incluso el perro de la líder de la CLAP disfruta de los beneficios del programa. A veces, …

Jairo, un ciudadano común, recibe un subsidio gubernamental, que en su última entrega fue de 100 bolívares. Este se cuestiona sobre el valor real del bono que apenas equivale a dos tazas de café, o dos dólares y medio. Jairo expresa su descontento con la corrupción policial, acusándolos de arrestar injustamente a las personas para luego exigir un rescate de mil dólares para su liberación. Para él, todos los oficiales son corruptos.

Luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio, donde la oposición reveló tener pruebas de que Maduro había perdido, la gente del popular barrio Petare celebró y compartió su alegría en las redes. Más tarde, cuando el Consejo Nacional Electoral confirmó la victoria de Maduro sin aportar evidencia, los residentes de Petare protestaron en las calles, enfrentándose con las fuerzas de seguridad. Sorpresivamente, fueron los más desfavorecidos los que abandonaron sus humildes hogares para protestar contra el régimen.

Al adentrarse en su motocicleta en el conocido sector de La Bombilla, Jairo constata la falta de aseo en las esquinas repletas de basura. A lo largo de las calles, se pueden observar automóviles en mal estado, tuberías averiadas y charcos de agua. Los perros callejeros deambulan entre los residuos, rasgando las bolsas en busca de alimento.

Petare es conocido por su elevado índice de criminalidad, particularmente en el distrito de La Bombilla, donde se halló una cabeza una vez. Fue reportado por la prensa que un joven de 20 años, Deiker Godoy, fue decapitado y su cuerpo fue esparcido en La Bombilla, en la tarde del sábado 22 de enero de 2022.

Los enfrentamientos armados son frecuentes entre bandas delictivas y narcotraficantes. Una de las bandas más notorias es la de Wilexis, que se involucra en tiroteos contra otras bandas durante los fines de semana. Esto es descrito por Jairo como la momento «cuando se enciende la fiesta» (donde comienza la confusión). A los criminales les gusta taparse el rostro y compartir fotos en las redes sociales con armas de todo tipo, o «un arsenal», como lo llaman localmente.

La tragedia se halla en la cantidad de balas perdidas que suelen resultar en la muerte de inocentes. Este fue el caso en octubre de 2021 cuando un enfrentamiento entre la banda de Wilexis y otra del sector José Félix Ribas culminó con la muerte de seis inocentes. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), Petare registra el mayor número de delitos en Caracas.

Los delitos en Petare

De los 4.871 delitos registrados en Caracas entre mayo de 2017 y abril de 2023, cerca del 20% tuvo lugar en Petare. En los últimos años, la tasa de mortalidad ha disminuido debido a la emigración de los delincuentes a causa de la crisis y a la acción de la Policía Nacional Bolivariana y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en la Operación para la Liberación del Pueblo (OLP). Sin embargo, la banda de Wilexis sigue resistiendo.

Varios youtubers deciden aventurarse a Petare, grabando videos que se vuelven populares en la red, su objetivo es contradecir la imagen alarmante que se tiene de esta peligrosa zona de Caracas, intentando mostrar que la vida cotidiana también tiene lugar allí. Normalmente, estas grabaciones se realizan durante el día, en particular en las mañanas. No se ven demasiados testimonios videográficos de las noches de fin de semana, cuando la verdadera actividad del barrio surge.

«En este momento, nos encontramos en el barrio José Félix Ribas,» comenta Jairo, al tiempo que muestra a trabajadores que están cavando fosas para instalar sistemas de agua y mejorar la infraestructura básica del lugar. «¿Le gustaría ver el tanque?» Jairo se refiere a un depósito de agua gigante, similar a un objeto volador no identificado, ubicado en la parte elevada de Petare y que garantiza el suministro hídrico a un sector de la comunidad. Los frecuentes cortes de agua y electricidad son una constante del chavismo.

Al finalizar su tour, Jairo se baja de su motocicleta y empieza a hablar sobre el día de las elecciones. Según cuenta, mucha gente de su barrio se presentó a votar. Afirma que la mayor parte del barrio apoyó a Edmundo González, el candidato opositor. La población está agotada de Maduro. «El gobierno se ha transformado en un negocio que engaña a la gente», sentencia.

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