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Un individuo de 44 años pierde la vida a causa de una insolación en un área verde

La Unión Europea representa una senda inconclusa, un generador de desafíos y un reto para los desilusionados. También puede ser percibida como un atractivo para aquellos que encuentran un interés especial en este proyecto. Mark Leonard insiste en que deberíamos apreciar a Europa no como un enredo de burocracia y normativas, sino como un patrón revolucionario para lo que está por venir.

«No debemos perder de vista que Europa nació para protegernos de la guerra y hoy en día es fundamental para la expansión de la democracia», afirma. Sin embargo, debemos avanzar de la esencia al continente, y todo comienza con la comprensión de que la Unión requiere reformarse, cambiar y reinventarse si aspira a ser un actor principal a nivel mundial a medio y largo plazo.

Hacia donde debería ir y, más importante aún, cómo se consigue esa aspiración.

La imagen global se centra en la integración europea en su conjunto. No obstante, este proceso, que es continuo y siempre en desarrollo, está repleto de sutilezas. Sergio Príncipe Hermoso, doctor en Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, explica a 20minutos que la principal dificultad de la UE «es su carácter pusilánime». Debería confiar más «en su potencial» de cara al futuro, y también debería renunciar en la medida de lo posible a «su doble moral» en muchos temas y lograr que «sus ciudadanos no sean excluidos» de las decisiones que se tomen. En otras palabras, las acciones específicas que se implementen deben llegar al pueblo. «No puede ser que el ciudadano se perciba desde Bruselas o Estrasburgo como una entidad abstracta», advierte.

Según Príncipe, se necesita un cambio en la mentalidad y en la recuperación de valores compartidos para lograr una Unión Europea (UE) líder en el futuro. En su opinión, existen tres factores principales que definen esto: la relación con China, las políticas internas de la UE (especialmente sobre el tema de la migración) y la postura de la UE hacia Rusia tanto interna como externamente.

Para Príncipe, respecto a Rusia, la única seguridad es que «no seremos jamás aliados, sin embargo, no podemos ser perpetuamente adversarios». Es esquivo sobre considerar a la UE como una superpotencia, pero cree razonable referirse a ella como un modelo a seguir en el futuro.

Príncipe sostiene que es fundamental definir los valores comunes en los que se asienta la UE y que son la base de esta estructura continental: democracia, estabilidad y solidaridad comunitaria. Si desea florecer, si aspira a tener éxito, si pretende ser un modelo para el futuro, la UE debe revivir estos principios.

Desde su punto de vista, el gran desafío es definir «qué queremos que sea la UE», dejando de lado ideologías en un escenario más pragmático que ideal, ahora que el Parlamento Europeo se encuentra dividido ideológicamente y con contrapesos significantes que hacen que el inmediatismo parezca inevitable.

Sergio Príncipe advierte sobre la importancia de considerar no sólo Rusia sino también el Mediterráneo en la perspectiva de la expansión de la UE y de la proximidad. A partir de esto, se pueden desarrollar políticas migratorias y energéticas. Primero, es esencial definir el mapa europeo, pues esto nos permitirá determinar la forma de la Unión Europea que aspiramos ser y cómo nos relacionaremos con aquellos actores que comparten nuestras fronteras y cuyas visiones son relevantes para nosotros. El mapa no es únicamente un geográfico, aunque también lo sea. ¿Dónde termina Europa?

Es fundamental establecer cuáles son los principios generales de la Unión Europea. Dentro de este marco, la UE debe ser rigurosa tanto consigo misma como con aquellos que anhelan unirse, indiferentemente de quiénes sean. «La Unión Europea no está separada, especialmente en un mundo global. Esto nos permitirá establecer prioridades en lugares como Rusia y el Mediterráneo, y también reajustar nuestras relaciones con el Reino Unido», manifiesta Príncipe. Así se desarrollan los criterios, con países candidatos a ser miembros y también con aquellos con los que se deben establecer relaciones comerciales y políticas, o simplemente por meros intereses circunstanciales. «Pero no debemos ser ingenuos», advierte. En general, la Unión debe ser capaz de delimitar su propio espacio.

También es crucial considerar «los techos de cristal» entre los países miembros. Para ello, la UE necesita realizar una introspección, en la que cada nación documente las acciones de los demás socios «que han sido útiles para solucionar problemas» en asuntos como la vivienda, el manejo del turismo o las energías renovables. El Príncipe reconoce que se deben superar los prejuicios ideológicos en cuestiones que pueden parecer estancadas, dependiendo de la posición política. La solución está en enfocarse en lo que es compartido.

Una UE lista para competir

La UE necesita ser competitiva. Andrea G. Rodríguez, una investigadora del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS), sugiere que dicha competitividad depende de la inversión, la capacidad de innovar y el impacto. «Así, cuando hablamos de competitividad en la Unión Europea, principalmente nos referimos a dos aspectos. El primero es en áreas emergentes, en mercados que ganarán cada vez más importancia, como la inteligencia artificial. También, la Unión Europea menciona la competitividad en función de la autonomía estratégica», explica.

La UE ya ha comenzado a formular leyes en esta dirección, con la regulación de la IA y normas y apuestas por los semiconductores o materias raras. Esto es esencial no solo en situaciones de guerra o competencia, sino también para la ‘sobrevivencia’ del proyecto a medio y largo plazo. Este enfoque se ha trazado desde la pandemia de Covid, pero queda mucho trabajo que realizar, especialmente dado que tanto China como los Estados Unidos tienen sus propios planes… y la Unión debe esforzarse por estar a la par.

Rodríguez advierte que el escenario inicial de China a comienzos del nuevo milenio difiere del de Europa, y declara que es esencial acelerar todas las proyecciones a futuro. Además, comenta que una década no es suficiente tiempo para el desarrollo, especialmente debido a la escasez de empresas capaces de reemplazar a otras en el mercado. Indica que hay son áreas críticas que, a pesar de los esfuerzos, pueden ser difíciles de mejorar. Esto se convierte en una asignatura pendiente que debe abordarse con rapidez y consistencia ya que el tiempo es ineludible.

Por otro lado, para la Unión, una pieza fundamental es la política climática y su innovador Pacto Verde que parece estar inclinado hacia el pragmatismo. Mauro G. Ferrándiz, director de Proyectos de Talento para el Futuro, enfatiza que ahora el enfoque debería ser en la «implementación», después de haber tenido significativos avances en los últimos cinco años. Argumenta que sin inversiones, no se puede progresar, por lo que generar nuevos capitales podría ser la solución para los próximos cinco o diez años. Insiste en evitar cualquier ralentización o pragmatismo en la lucha contra el cambio climático.

Ferrándiz sostiene, «Es esencial competir contra el tiempo. En este aspecto, mientras más hagamos y más rápidamente lo hagamos, mejor serán los resultados para los europeos.» Agrega que los obstáculos hacia el cambio climático siempre tendrán un costo mayor que cualquier acción para mitigar sus efectos o adaptarse a ellos. Recomienda una «ambición política» para establecer estrategias a largo plazo y opina que si realmente buscamos llevar las cosas a buen puerto, es posible llevar a cabo un plan de inversión ambicioso, similar al propuesto por Estados Unidos, y así lograremos avanzar.

Pese a que la teoría parece madura, la aplicación es donde la Unión Europea encuentra auténticas complejidades. En los últimos años, se ha habituado a ser reactiva, sin embargo estos tiempos requieren de una actitud más proactiva. La hoja de ruta ahora tiene un enfoque más ideológico, formando un manual que aunque conserva las directrices clave pide un análisis más profundo. La UE de 2030 debe diferir considerablemente de la actual. El reloj continúa avanzando… y se deben asimilar diversas lecciones de las situaciones hasta la fecha. Observaciones.

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