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La urbe francesa ubicada al sur que fue fuente de inspiración para Van Gogh, ostenta un impresionante coliseo de época romana

Si planeas una aventura fuera de España pero no deseas alejarte mucho, Provenza es un maravilloso destino para disfrutar de unas tranquilas vacaciones culturales con un toque francés. Además de encantadores lugares como Aviñón, Gordes o Marsella, hay que mencionar una ciudad que cautivó e inspiró no solo a Van Gogh, sino también a Renoir, Matisse y Picasso.

Todos estos artistas seleccionaron a Arlés como su lugar de descanso y vacaciones. Al explorar sus calles, comprenderás la singular atracción de esta ciudad que fascinó a algunos de los más grandes pintores de la historia.

Lugares para visitar en Arlés

Dentro de la abundante riqueza arquitectónica de Arlés, el anfiteatro romano luce en el centro escénico.

Edificado cerca del año 80 d.C., su excepcional conservación evoca los juegos y batallas de gladiadores que una vez tuvieron lugar aquí. Actualmente, el Coso alberga espectáculos teatrales y musicales. Además, existen otros monumentos romanos a corta distancia, como el Teatro Romano (final del siglo I a.C.), los Baños de Constantino, los Alyscamps (la necrópolis romana mencionada en La Divina Comedia de Dante) o los Criptopórticos, galerías subterráneas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El casco antiguo

Tienes la oportunidad de seguir los pasos de Vincent van Gogh paseando por el hermoso centro histórico donde pasó los últimos años de su vida. Un plan atractivo es emprender el camino de los lugares donde instaló su caballete para crear algunas de sus obras más famosas, tales como Le café le soir (ubicada en la Place du Forum) o La maison jaune (situada en la Place Lamartine). Todos los sitios que inmortalizó el artista están marcados con señales que muestran reproducciones de sus renombradas pinturas.

Mientras exploras Arlés, descubrirás que es una ciudad monumental y su atracción se extiende mucho más allá. Caminando por las calles de piedra y colores pasteles te encontrarás con viviendas y palacetes de los siglos XVI y XVII, permitiéndote experimentar ese ambiente único típico de las ciudades de la Provenza. No pierdas la oportunidad de visitar algunos de los restaurantes locales donde puedes degustar productos de la región de Camarga, famosa por su arroz fragante, su aceite de oliva y su salchicha de Arlés.

La Iglesia de Saint-Trophim y el claustro
Ubicada en la plaza del ayuntamiento, en el corazón de Arlés, esta iglesia fue construida en el siglo XII. Alberga una abundancia de tesoros arquitectónicos, sin embargo el claustro es el más destacado. Es aconsejable incluirlo en tu recorrido, ya que es el conjunto de arte románico más sobresaliente de la Provenza.

Abadía de Montmajour
Esta abadía benedictina, fundada en el año 948, fue una de las fuentes de inspiración para Vincent van Gogh. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la abadía combina estilos arquitectónicos románicos, góticos y clásicos. Entre los interiores, resaltan la iglesia de Notre-Dame, el claustro y la torre del Abad, que ofrece una vista hermosa desde su cima. También se puede disfrutar del magnífico paisaje circundante desde las terrazas en el lado sur del monumento.

Arlés, una ciudad con rica actividad cultural
Más allá de su patrimonio histórico, Arlés es famoso por ser sede de uno de los festivales fotográficos más importantes del mundo, atrae a miles de visitantes anualmente y es para la fotografía lo que Cannes es para el cine. Este evento se lleva a cabo entre los meses de julio y septiembre cada año.

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