El informe sobre la Población Carcelaria del Poder Judicial reflejó que al finalizar el 2023, había 56,698 individuos recluidos en las instalaciones correccionales de las regiones autónomas. Según destaca el informe publicado por Instituciones Penitenciarias en junio de 2024, se estima que el 20% de la población carcelaria se encuentra laborando en diversas tareas dentro de las instalaciones, lo que equivale a unos 11.375 presos.
Dentro del sistema de corrección español, se les da la oportunidad a los reclusos de trabajar y recibir un pago por sus actividades mientras completan su sentencia. Este tipo de experiencia laboral les aporta unas habilidades y conocimientos laborales, además proporciona un medio para obtener ingresos durante su tiempo de condena.
Además, la oportunidad de tener un empleo en la carcel ejerce un papel favorable en su estado de ánimo, ya que les ayuda a establecer una rutina, mejora su auto-concepto y les aporta un sentido de propósito. Hacia el 2024, el sueldo promedio de un preso en España oscilaba entre 3,24 y 5,68 euros por hora, lo que equivale a un rango de unos 200 a 300 euros al mes.
Modalidades de empleo y remuneración
Se les permite a los reclusos escoger entre trabajos en talleres de servicios o producción interna, entre los que se encuentran las lavanderías, panaderías, cocinas y labores de limpieza. Existen colaboraciones con empresas externas a través del Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (OATPFE). Los roles más frecuentes comprenden labores como lavar ropa, hacer pan, cocinar, operar en talleres y limpieza.
La Ley Orgánica General Penitenciaria indica que las recepciones de los presos deben ser al menos el 75% del SMI, traduciéndose en 850,50 euros mensuales si operan a tiempo completo. Aun así, la mayor parte no llega a este total, dado que su salario medio varía de 3,24 a 5,68 euros por hora, bastante menos que el SMI de 1,134 euros mensuales en 2024. A pesar de esta incongruencia, hay una alta demanda para estos empleos, ya que proporcionan una actividad productiva y son bien considerados durante las evaluaciones para la libertad condicional.
Es importante aclarar que los sistemas penitenciarios en Cataluña y el País Vasco funcionan de manera autónoma, lo cual podría crear variaciones en las condiciones de trabajo y los sueldos de los reclusos. Estas dos regiones autónomas tienen jurisdicción en asuntos de prisiones, lo que les permite administrar sus propias instituciones penitenciarias y fijar normas propias.
Ventajas y Debates
Uno de los beneficios notables es que el trabajo en la prisión provee a los reclusos con experiencia laboral que puede ser beneficiosa cuando recuperen su libertad, lo que facilita su reintegración social y reduce las tasas de reincidencia.
Adicionalmente, contribuye a la economía de los prisioneros, permitiéndoles mandar dinero a sus familias o guardar para su vida después de la prisión. También sirve para mantener un ritmo diario y para disminuir la depresión y el estrés asociado con la pérdida de la libertad.
No obstante, esta práctica que aparentemente es beneficiosa, no está libre de debates. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha destacado que en las prisiones españolas se infringen los derechos laborales y que las grandes compañías se aprovechan de esta mano de obra de bajo coste sin las obligaciones de contribución a la Seguridad Social que son obligatorias para los trabajadores en libertad.
Comentarios
