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Cómo obtener el máximo placer de los higos, denominados ‘el alimento de los pensadores’: tres propuestas culinarias sencillas y suculentas

Las preferencias varían, especialmente con las frutas. Durante el verano, está el grupo que prefiere el melón y el grupo que opta por la sandía. Algunos no aprecian la piel del melocotón, mientras otros se deleitan con frutas exuberantes y foráneas, como la guayaba y la pitaya.

Entre estas frutas, se encuentra el higo, que aunque no sea tan popular como las mencionadas previamente, no disminuye su sabrosura. Tiene el apodo de «la fruta de los filósofos» debido a la alta estima que le tenían Platón y Diógenes.

Adicionalmente, el médico y filósofo Galeano solía sugerirla a los atletas griegos.
El higo, una fruta que aflora en verano y otoño, es cosecha del árbol de higuera. Debe notarse que no es lo mismo que las brevas. Los higos, junto a las brevas, provienen del árbol Ficus Carica, aún así, los higos maduran más tarde que las brevas, que poseen una pulpa más espesa y jugosa. A continuación, proporcionamos tres recetas para integrar los higos en nuestra variedad culinaria y saborear su exquisito gusto.
Tostada con queso y higos:
Ya sea para desayunar o para la merienda, esta tostada de queso con higos no desilusionará. En una rebanada de pan tostado añadimos queso brie o de cabra, higos laminados, pedazos de nueces, y la cubrimos con miel.
Yogur con higos caramelizados:
Se pueden añadir los higos frescos a un yogur, pero caramelizándolos logramos extraer su zumo y formar un tipo de sirope. Para hacerlo, cortamos los higos en dos longitudinalmente y los situamos con la pulpa hacia abajo en una sartén con un poco de agua y miel. Los cocinamos a fuego lento durante 5 a 10 minutos, procurando que los higos mantengan su forma. Una vez listos, los dejamos enfriar un poquito y luego los añadimos a un bol de yogur natural o griego.
Ensalada de queso de cabra.

Una ensalada de canónigos, higos, nueces y queso de cabra, condimentada con una vinagreta balsámica, es una opción deliciosa y nutritiva. Ejemplo de la versatilidad de las frutas como los melocotones o la sandía, los higos, además, destacan por sus propiedades beneficiosas para la salud.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la higuera, planta originaria de países orientales, fue extendida en la zona mediterránea por griegos y fenicios. En la Edad Media y el Renacimiento, se empezó a secar al sol a los higos, dando origen al higo desecado, un plato típico de las celebraciones navideñas.

Los higos frescos contienen principalmente agua e hidratos de carbono como la glucosa, la fructosa y la sacarosa. Es una fruta con alto contenido de azúcares, recomendada para las dietas de atletas o personas con régimen de actividad física intensa.

A pesar de que no poseen un alto contenido proteico, los higos tienen todos los aminoácidos esenciales. Su considerable cantidad de fibra ayuda a generar sensación de saciedad, favorece la digestión y previene afecciones como el cáncer de colon y enfermedades cardiovasculares.

Es importante mencionar que los higos verdes pueden causar irritación o sarpullidos debido a la savia blanca que contienen. Por lo tanto, deben consumirse solo cuando estén en su punto de madurez óptimo.

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