Con sólo once meses de edad, la imagen tomada a Sam Griner en la playa por sus padres se transformó, sin buscarlo, en una de las fotos más compartidas en Internet. La imagen de Sam, con el puño levantado y los labios fruncidos, se ha inmortalizado en la historia de Internet como el meme de ‘Success Kid’.
La madre de Sam, Laney, tomó la foto en agosto de 2007, durante una salida familiar a la playa. Contrario a la creencia popular, la imagen no fue planeada; fue registrada luego de que Sam metiera un puñado de arena en su boca, según explicaron sus padres años más tarde.
Un análisis detallado revela arena tanto en el puño del niño como en su boca, y esa expresión de victoria fue lo que impulsó la imagen a convertirse en un fenómeno global en poco tiempo.
Pero si se debe destacar algo en esta historia, es lo que ocurrió tras el éxito. Justin, el padre de Sam, padecía una enfermedad renal severa que le obligaba a diálisis y requería un trasplante. Para ser considerado para la lista de espera, debía demostrar que podía costear los medicamentos necesarios tras la operación.
Para este fin, lanzaron una campaña en GoFundMe para reunir fondos, sin mencionar el meme del bebé. Sin embargo, Laney finalmente publicó un mensaje en su cuenta de X (antiguamente conocida como Twitter): «Si todos los que alguna vez usaron el meme ‘Success Kid’ donaran un dólar, podríamos salvar la vida de ‘Success Dad'».
Finalmente consiguieron cinco mil donantes y recaudaron más de cien mil dólares. En 2015, cuando Justin recibió el trasplante, Laney compartió una foto de padre e hijo en su cuenta de Instagram.
En realidad, es en la cuenta de su madre donde se puede observar a Sam, a quien sus progenitores procuran mantener alejado de la atención mediática, aunque esporádicamente. Hace cerca de cuatro años, la familia participó en un artículo de BuzzFeed donde relataban cómo Sam se convirtió inopinadamente en un meme y las repercusiones que tuvo posteriormente.
Griner ya ha alcanzado la edad de diecisiete años y continúa llevando una vida discreta, anhelando permanecer en el anonimato o, al menos, en tanta clandestinidad como una figura tan popular en internet puede aspirar a poseer.
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