Categorías: Crónica
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10 agosto, 2024 4:22 am

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Las personas con discapacidades, incluso aquellas con discapacidad intelectual, son más susceptibles a los riesgos potenciales que pueden ocurrir en las piscinas y las playas, especialmente los ahogamientos. No saber nadar bien o el tener problemas interpretando situaciones de peligro son algunas de las causas, pero la falta de accesibilidad en estos lugares también es un gran problema.

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Chema Hernández, director de deportes en Plena Inclusión Murcia, explica que muchas veces las piscinas no tienen adaptaciones necesarias como sillas y elevadores hidráulicos, lo cual limita la participación de muchas personas.

Además existe una falta notable de accesibilidad cognitiva, la cual es esencial para personas con discapacidades intelectuales, especialmente aquellas con autismo.

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Según Hernández, estas dificultades no se limitan solo a las playas y las piscinas, sino que prevalecen en todos lados. Afirma que si existiera una mayor accesibilidad cognitiva en estos lugares, con letreros de lectura fácil y pictogramas, por ejemplo, se haría mucho más fácil y seguro su estadía y acceso. Normalmente estas personas no tienen discapacidades físicas.

Cuando se trata de llevar a personas con discapacidad intelectual a la playa o la piscina, las precauciones necesarias dependen de muchos factores, como la edad, su habilidad para nadar y su grado de discapacidad. Sin embargo, Hernández recomienda que siempre estén acompañados, lo cual es normal cuando participan en actividades organizadas por asociaciones.

Es crucial asegurarnos de la calidad de las facilidades antes de asistir a cualquier área y traer el material necesario con nosotros, independientemente de si el lugar ya dispone de este. Muchas veces, los elementos necesarios no son más que un churro, un flotador o un chaleco inflable , pero siempre es recomendable tenerlos, especialmente en playas, señala el experto.

Igualmente, es esencial que cualquier área a la que vayamos esté monitoreada por socorristas. Esto es relevante ya que algunas personas con discapacidad que están aprendiendo a nadar pueden tener dificultades para percibir el peligro, mientras que otras pueden tener miedo al agua. Por lo tanto, se necesita tomar todas las precauciones posibles.

En situaciones donde se vaya a trabajar con personas con dificultades de comprensión, puede ser muy útil anticipar la actividad a través de pictogramas u otro sistema de comunicación alternativo y aumentativa (SAAC). Esta preparación puede ayudarles a entender mejor lo que se hará durante la actividad.

Con base en el grado de autonomía de los individuos, es posible que necesitemos brindarles niveles diferentes de asistencia una vez que se encuentren en estos recintos. En cualquier situación, es vital asegurarnos de que ingresan por el lugar correcto y de que toman las medidas de seguridad apropiadas. Aunque es cierto que algunos, por ser más jóvenes, saber nadar y ser más autónomos, pueden no requerirlas, no todos cumplen este perfil. Por ello siempre es recomendable observar los puntos de entrada y brindar ayuda cuando sea necesario. La norma en las piscinas tradicionales es que los accesos se monitoricen a través de unas escaleras laterales que pueden resultar difíciles de usar, incluso para personas sin discapacidades.

Ante la existencia de una ruta alternativa, Chema sugiere su uso, «si se dispone de la opción, es preferible usar unas escaleras que te introduzcan en la piscina en lugar de las escaleras laterales. Además, siempre se debe impedir que salten directamente al agua sin más».

Hernández recomienda, una vez dentro del agua, «evitar las áreas más concurridas, por su propia seguridad y porque tienden a sentirse agobiados…especialmente las personas con autismo».

Además, al igual que cualquier otro, debemos asegurarnos de que apliquen protector solar y usen un sombrero para protegerse del sol.

Aunque pueda parecer evidente, la mejor forma de prevenir accidentes acuáticos con personas que padecen de discapacidad intelectual o autismo es enseñándoles a nadar, además de proporcionarles compañía y aplicar medidas de seguridad en el agua. Como señala Chema Hernández, en los últimos años se ha incrementado la formación y el número de instructores de natación que están capacitados para enseñar a este tipo de población. No obstante, esta iniciativa es bastante reciente, ya que antes no se les incluía en las clases de natación, poniéndolos en riesgo. Ahora, por un lado, se les instruye más en la natación a través de las asociaciones, y por otro, los cursos de formación de los instructores enfatizan este aspecto. Aunque la implementación de esta medida ha sido reciente, se esperan resultados positivos en el futuro.

Hasta hace poco, las personas con discapacidad eran ignoradas en las clases de natación, lo que las ponía en peligro
Un manual para proteger y protegerse
Al igual que la natación, la educación es fundamental para salvaguardar a las personas con discapacidad, para enseñarles a cuidarse y a cuidar a los demás.

En línea con esta idea, la organización Plena Inclusión Murcia ha publicado recientemente la Guía ‘Primeros auxilios para todas las personas’. «Esta guía forma parte de una serie enfocada en la salud y el bienestar que desarrollamos en Murcia. Se creó con el objetivo de enseñar rudimentos de primeros auxilios a personas con discapacidad intelectual, para que sepan cómo actuar en situaciones específicas como atragantamientos o cuando alguien se desmaya», comenta José Fernández, uno de los encargados de la guía.

La manual, redactada en lenguaje sencillo y acompañada de dibujos y vídeos cortos accesibles mediante un código QR, es valioso para las personas que sufren de discapacidades intelectuales, a quienes va dirigido principalmente, pero también es útil para los ancianos o aquellos con problemas para entender el idioma. Además de promover su bienestar y seguridad, el propósito final es la inclusión. «Es otra vía para que se involucren en la sociedad», dice José Fernández. «La han acogido con gran entusiasmo y han colaborado desde el comienzo, principalmente como verificadores del manual. Esto ha abierto una oportunidad de trabajo para ellos, por la que han sido compensados».

El manual está diseñado para ser compartido. Como afirma la organización Plena Inclusión Murcia, «es vital que todo el mundo tenga conocimientos de primeros auxilios, ya que pueden depender de ello para salvar vidas».

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