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9 agosto, 2024 11:52 am

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Después de siete años y dos huidas, Carles Puigdemont, el ex presidente de la Generalitat, se volvió a fugar en la mañana del 30 de octubre de 2017. El cambio en el poder se produjo tres días antes por Mariano Rajoy, a raíz de la activación del artículo 155, como respuesta a la independencia unilateral declarada por Catalunya.

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Ese lunes, Carles Puigdemont publicó a las 8:00 am en sus redes sociales una foto del interior del Palau, acompañada de un breve mensaje y un emoticono sonriente, dando a entender que había comenzado su día de trabajo.

Causó confusión entre los periodistas situados en la entrada del edificio gubernamental catalán, ya que esperaban noticias tanto de la Fiscalía General del Estado, que finalmente presentaría una querella por rebelión, sedición y malversación contra el líder independentista y su equipo; como de la plaza de Sant Jaume, donde el interés se centraba en si Puigdemont se presentaría en su puesto de trabajo que ya no existía efectivamente para proyectar una apariencia de normalidad y desafío después del control del Gobierno sobre los poderes autonómicos de la región.

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La imagen publicada por Puigdemont sugiere que podría estar ya en su oficina, pero nadie lo había visto entrar. De hecho, durante las horas siguientes, no se le vio. Aunque no se sabe cuándo Puigdemont tomó la foto, está confirmado que no la publicó desde España.

El líder de Junts ya llevaba algunas horas fuera del país cuando publicó la foto, gracias a una huida en la que su esposa, Marcela Topor, y cuatro mossos tuvieron un papel fundamental, entre ellos Lluís Escolà, quien fue condenado y recientemente amnistiado. Un día después, Puigdemont se presentó en Bruselas para anunciar oficialmente que había abandonado España y que se encontraba en calidad de exiliado.

Estamos a punto de conmemorar siete años de este evento. Este jueves, estaba todo preparado para que Salvador Illa, el socialista, se destacara por su juramento presidencial. Sin embargo, el expresidente regresó a España, lideró un discurso televisado para millones y luego desapareció de nuevo. «Aquí estamos todavía», declaró desafiante por la tarde, después de un recorrido complicado por las carreteras en busca de su persona. No se supo más de él después de ser ayudado por al menos dos mossos y ser identificado como el dueño del coche con el que huyó.

Por el momento, el expresidente no ha sido arrestado, aunque debería haber sido detenido ya que el juez Pablo Llarena del Tribunal Supremo ha mantenido su orden de arresto y se niega a perdonar el delito de malversación que Puigdemont podría haber cometido. Y hasta aquí llegan los vestigios de su errático paso en un día en el que Salvador Illa fue juramentado presidente. ¿Dónde está? Eso está por verse.

Ha habido numerosos incidentes protagonizados por el líder separatista en estos siete años, incluyendo dos arrestos, la obtención de inmunidad tras conseguir un escaño en el Parlamento Europeo, la implementación del Consejo por la República y una foto que ‘persigue’ a los socialistas: en la que se le ve junto a Santos Cerdán, Secretario de Organización del PSOE, durante las conversaciones para juramentar a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Su huida a Bruselas…

No está comprobado que Puigdemont huyó de España escondido en la cajuela de un automóvil, como muchos detractores del independentismo insistentemente afirman. Puigdemont, efectivamente, cruzó las fronteras hasta Francia el 29 de octubre, tomando un vuelo hacia Bruselas desde ahí. Traspasó incluso a los suyos con la publicación de una foto de dentro del Palau de la Generalitat a las 08:00 horas del día 30.

Puigdemont contó con el apoyo de su esposa, Marcela Topor, cuatro elementos de los Mossos, incluyendo a Lluís Escolà, quien fue crucial en su éxodo europeo y Josep Maria Matamala, un empresario y amigo cercano. El ex presidente cambió de automóvil dos veces durante su escape para asegurar su éxito.

Posteriormente a la aplicación del artículo 155 en Cataluña, anunciada por el entonces presidente Mariano Rajoy, el ex líder catalán, junto con su esposa e hijas, se retiraron a su hogar en la urbanización Golf de Girona, en Sant Julià de Ramis.

Su escapada en automóvil culminó en Marsella, donde Puigdemont se reunión con los exconsejeros Toni Comín, Lluís Puig, Joaquim Forn y Dolors Bassa. Los primeros dos aun se encuentran en Bruselas mientras que los otros retornaron a España para enfrentar sus procesos jurídicos.

Puigdemont se subió a un vuelo de Ryanair con destino a Bruselas, y al día siguiente, el 31 de octubre, se presentó ante cientos de periodistas internacionales para comunicar que su decisión se tomó con la intención de «exponer la cuestión catalana en el epicentro institucional de Europa y denunciar la politización de la justicia en España». El lider de Junts estableció su vivienda en una lujosa mansión de 500 metros cuadrados en Waterloo pocos días después, la cual pasó a conocerse como la «Casa de la República».

Su rendición a la justicia belga y sus dos arrestos
El 3 de noviembre, la jueza Carmen Lamela de la Audiencia Nacional emitió una orden europea de detención contra Puigdemont y exconsellers que escaparon de la justicia española. El dirigente decidió entregarse el día 5 en un tribunal de Bruselas, donde el juez principal lo liberó bajo medidas de precaución.

Un mes más tarde, ante el riesgo de que el sistema de justicia belga se retractara parcialmente de la orden europea de detención, el juez Llarena, con el caso ya expuesto al Supremo, decidió revocarla, pero la reactivó poco tiempo después.

Esto sucedió el 5 de diciembre y el 21, Puigdemont lideró la lista electoral de Junts en los comicios organizados por el Gobierno Central, en los que, aunque Ciudadanos resultó vencedor, el bloque independentista consiguió la mayoría absoluta. El 22 de enero de 2018, el entonces presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, lo postuló como candidato a la presidencia de la Generalitat, aunque cinco días después, el Tribunal Constitucional revocó una posible investidura a distancia.

Después de abandonar sus ambiciones de retomar la presidencia, Puigdemont fue arrestado dos veces. En la primera ocasión, el 25 de marzo de 2018 en Alemania mientras cruzaba en su vehículo la frontera con Dinamarca, en virtud de una nueva euroorden expedida por el juez Llarena. Jurídicamente, lo que el magistrado temía que sucediera si la medida iniciada por la Audiencia Nacional en noviembre se mantuviera, finalmente ocurrió: Puigdemont estuvo detenido durante diez días en la prisión de Neumünster antes de que la justicia alemana le concediera la libertad condicional al descartar que el líder separatista hubiera cometido un delito de rebelión.

El 12 de julio, las autoridades alemanas informaron al juez Llarena de su disposición para extraditar a Puigdemont a España, pero solo para ser procesado por un delito de malversación. El juez rechazó esta condición, lo que llevó a la cancelación de la euroorden.

El 22 de septiembre de 2021, con una nueva orden de captura internacional emitida por el Tribunal Supremo, el ex líder catalán fue arrestado por segunda vez en Cerdeña, Italia. El juez liberó a Puigdemont al día siguiente, argumentando que tenía inmunidad para moverse en cualquier territorio de la Unión Europea.

Su inmunidad como miembro del Parlamento Europeo tras las elecciones de 2019 ha sido un tema polémico durante los casi siete años que Puigdemont ha pasado fuera de España, y ha sido objeto constante de disputa legal.

En los comicios europeos de mayo de 26, Junts obtuvo cerca de un millón de votos, lo que generó dos escaños. El ex presidente de la Generalitat, cabeza de lista, estaba garantizado para participar en la plenaria de Estrasburgo. Sin embargo, el Parlamento Europeo el 17 de junio, le negó el derecho a recoger su acta debido a su ausencia en Madrid para jurar la Constitución.

Decidió entonces, junto a Toni Comín, apelar esta decisión ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea… y ganaron: el 19 de diciembre el tribunal decidió que se obtiene la condición de europarlamentario desde el anuncio de los resultados electorales.

El 13 de enero de 2020, Puigdemont ocupó por primera vez su puesto en el Parlamento Europeo, que apeló la decisión judicial. En julio de 2023, el Tribunal General de la UE retiró la inmunidad al ex presidente y a Toni Comín, aunque el caso aún no se ha resuelto, ya que ambos están a la espera de que el TJUE resuelva el recurso que presentaron. Esto, incluso aunque Puigdemont decidió no postularse para las elecciones comunitarias de junio de 2024 y ya no es un eurodiputado.

Puigdemont realizó su anhelo de «exponer claramente el problema catalán en el corazón institucional de Europa» con la formación del Consell de la República, un tipo de gobierno catalán en el exilio. Es una entidad privada financiada por donaciones individuales con el objetivo principal de promover la causa independentista.

El jefe de Junts inició el movimiento en octubre de 2018, y en poco tiempo acumuló más de 100,000 miembros. Aparte de coordinar diversas actividades por la independencia, el Consell de la República promovió distintas iniciativas interesantes, tales como el lanzamiento de una tarjeta de identificación catalana por 12 euros, la cual poseía sólo una función simbólica ya que no era útil para realizar trámites.
Sin embargo, el Consell ahora enfrenta tiempos difíciles después de que la asociación belga CatGlobal ASB, que respalda a la organización tanto jurídica como económicamente, alegó que su vicepresidente, Toni Comín, utilizó recursos de la entidad para cubrir «gastos personales». Este presunto mal manejo de fondos es algo que el Consell dijo que iba a investigar hace un mes.
Otra situación que destapó la escasa confiabilidad de la organización liderada por Puigdemont ocurrió en octubre, cuando se llevó a cabo una votación acerca del apoyo del líder independentista a la investidura de Pedro Sánchez. Con una baja participación del 4%, se decidió que no se brindaría apoyo. Sin embargo, Junts, como se evidenció en noviembre de 2023, terminó respaldándolo.
Con respecto a la foto con Cerdán y la amnistía
Después del fracaso en la investidura del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en septiembre de 2023, el PSOE movilizó oficialmente todos sus recursos para asegurar que Pedro Sánchez continuara en la Moncloa.
Aunque los socialistas inicialmente desecharon la posibilidad de una posible amnistía a los líderes del procés después de las elecciones del 23 de julio, la concesión del indulto finalmente se convirtió en la base de las negociaciones con los independentistas.

El 30 de octubre se difundió una foto hasta entonces desconocida de Santos Cerdán, encargado de Organización del PSOE, junto a Carles Puigdemont en Bruselas. En ese momento, Ferraz decidió romper con su habitual silencio y empezó a debatir públicamente sobre la posibilidad de una amnistía en aras de mantener la «convivencia» en España.

Puigdemont se presentaba así como una figura clave en las discusiones para la formación de un nuevo gobierno. En el pacto firmado entre Junts y el PSOE, los separatistas lograron que en Ferraz se concediera la posibilidad de que en España se hayan producido casos de lawfare (uso político del sistema legal) en contra de los cabecillas del procés.

No obstante, las conversaciones no resultaron sencillas y la ley de amnistía tuvo que ser alterada a medida que se generaban nuevos fallos judiciales, como el del juez de la Audiencia Nacional García Gallardo que decidió indagar a Puigdemont por una supuesta implicación en un acto terrorista vinculado a la organización Tsunami Democràtic. Posteriormente, este caso fue archivado por un error procesal.

Al final, la ley incluyó que los crímenes terroristas también serían perdonados siempre que «no vulnerasen los derechos humanos», una aclaración que no estuvo exenta de controversia, al igual que las decisiones judiciales.

El 30 de mayo de este año, el Congreso de los Diputados otorgó su aprobación final a la ley de amnistía después de que el Senado la paralizara y la devolviera a la Cámara Baja. El 11 de junio se publicó en el BOE y algunos de los sentenciados por el procés empezaron a recibir la amnistía, como el exconsejero de Interior Miquel Buch y el exguardaespaldas de Puigdemont, Lluìs Escolá. Asimismo, los 46 policías procesados por los sucesos del 1 de octubre también recibieron este beneficio.

A pesar de los esfuerzos por parte de la Abogacía del Estado y la Fiscalía General, aún se desconoce si la amnistía se aplicará a las causas pendientes en el Supremo, dado que el Alto Tribunal no considera amnistiables los delitos de malversación de los líderes separatistas y ha llevado el asunto de la inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional.
La contienda política en Cataluña y un posible regreso
Previo a la implementación de la ley, el 12 de mayo, Cataluña fue testigo de una elección sin precedentes, ya que por primera vez en más de cuatro décadas, el nicho independista carecía de la mayoría. Esta contienda la ganó Salvador Illa del partido socialista, quien seguramente será nombrado este jueves.
Carles Puigdemont, el candidato de Junts a la Presidencia de la Generalitat, fue cada vez más explícito en su deseo de retornar a España. El exmandatario obtuvo el segundo lugar en los votos y terminó a siete escaños de los socialistas.
A pesar de eso, Puigdemont dejó en claro su deseo de presentarse a la investidura, ya que creía que podía reunir «una mayoría coherente» para regresar a la presidencia. Sin embargo, esta mayoría resultó ser un farol, ya que Junts no estuvo ni cerca de lograrla, y quien sí lo hizo fue Salvador Illa.
El regreso planeado de Puigdemont y su desaparición en escena
Todo estaba listo desde la madrugada en el paseo Lluís Companys, específicamente en el Arco del Triunfo. La región independentista de Cataluña se levantó temprano ese día, pues a las 08:00 horas el sitio ya empezaba a acoger a varios manifestantes con banderas esteladas y carteles a la espera de la aparición de Carles Puigdemont, el exjefe de la Generalitat, en un evento organizado por Junts para respaldar su regreso.

El evento estaba programado para comenzar a las 09.00 horas, y a pesar de algunos momentos de duda, Carles Puigdemont hizo su aparición a tiempo. Actualmente, su ubicación exacta es un misterio. Puigdemont, el ex presidente, llegó acompañado de miembros de su partido, incluyendo a los antiguos líderes del gobierno catalán, Artur Mas y Quim Torra, Laura Borràs, presidenta de Junts, Jordi Turull, secretario general del partido, y Josep Rull, presidente del Parlament.

Después de los últimos metros que recorrió corriendo, Puigdemont subió al escenario preparado para el evento, creando una imagen histórica: su regreso a España casi siete años después de su huida a Bruselas el 30 de octubre de 2017. Sin ser detenido, y sin señales de una posible acción policial, pese a la orden de detención nacional emitida por el Tribunal Supremo.

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