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El especialista en farmacología clínica del Hospital Universitario La Paz, el Dr. Alberto M. Borobia, también ejerce como Profesor Asociado de Ciencias de la Salud en la Universidad Autónoma de Madrid. Desde el año 2023, desempeña un papel crucial como Coordinador de la Plataforma ISCIII de Apoyo a la Investigación Clínica, conocida también por sus siglas en inglés, SCReN (Spanish Clinical Research Network).

Esta red de investigación, respaldada económicamente por el Instituto de Salud Carlos III, consta de 33 unidades de investigación clínica repartidas en 14 regiones autónomas y tienen la responsabilidad de apoyar a los centros hospitalarios alrededor del Sistema Nacional de Salud en la realización de ensayos clínicos académicos.

Hablamos con él sobre el papel crucial de los ensayos clínicos. Los ciudadanos comunes escuchan o leen sobre nuevos ensayos clínicos, y posiblemente con las vacunas del COVID, este término se volvió más común, pero ¿qué implica realmente? Un ensayo clínico es un proyecto científico en el que se puede participar voluntariamente. Como cualquier proyecto científico, los ensayos clínicos son cuidadosamente administrados y monitoreados de cerca. Normalmente, el propósito de un ensayo clínico es probar la seguridad y eficiencia de un nuevo medicamento, dispositivo médico o procedimientos de diagnóstico en pacientes con una enfermedad específica, o incluso en individuos saludables. Los ensayos clínicos son fundamentales para asegurarse de que los tratamientos que finalmente se utilizan en los pacientes sean tanto seguros como efectivos.

¿Por qué son tan cruciales los estudios clínicos? Los estudios clínicos representan el único camino disponible actualmente para conseguir evidencia científica de alta calidad que facilite la introducción al mercado de nuevos y seguros medicamentos innovadores. Es vital subrayar que no solo existen estudios clínicos impulsados por la industria farmacéutica, cuyo fin principal es la incorporación de nuevas medicinas al mercado, sin olvidar aquellos proyectos de investigación clínica académica, impulsados por investigadores autónomos, que intentan responder a preguntas surgidas de su práctica clínica o a problemas importantes para los pacientes que aún no han sido abordados en los ensayos clínicos comerciales.

¿Cuál es la noción fundamental que respalda a un estudio clínico? ¿Se basa en una intuición, una demanda específica, una necesidad específica? Generalmente, un estudio clínico no es una actividad aislada, sino que está integrado en un plan de investigación clínica con la meta de atender a una demanda o necesidad específica. Puede formar parte del proceso de desarrollo y comercialización de un nuevo tratamiento, pero también puede emerger de la necesidad de obtener más información sobre la seguridad y efectividad de un medicamento que ya se comercializa, su uso en nuevas indicaciones o enfermedades, su implementación en nuevos conjuntos de pacientes, como niños o ancianos, o simplemente optimizar su utilización (dosis, modo de administración).

A menudo, un estudio clínico proviene de una preocupación de un grupo de médicos, o de preguntas específicas de interés para los pacientes que aún no han sido abordadas en los estudios clínicos impulsados por la industria farmacéutica. Este tipo de investigaciones suelen ser estudios clínicos académicos patrocinados por investigadores independientes que pueden recibir financiación pública nacional o europea (como por ejemplo a través de las convocatorias del Instituto de Salud Carlos III).

Para efectuar un ensayo clínico y presentar sus resultados, es crucial tener un grupo de profesionales con distintas disciplinas, como el personal clínico, estadísticos, farmacovigilantes, gestores de datos y proyectos, y monitores para asegurar la adecuada realización del proyecto. Generalmente, el ensayo clínico se inicia con la fase metodológica, que consta de la conceptualización del estudio, la preparación del protocolo y todos sus elementos pertinentes (medicación, bases de datos, y plan de análisis estadístico).

Después se procede a la fase regulatoria y de implementación que incluye obtener las autorizaciones de las entidades reguladoras y de los Comités de Ética. En esta etapa, se realizan sesiones de capacitación para informar a todos los centros participantes sobre el protocolo del estudio y la relevancia de adherirse a las leyes vigentes y a las Buenas Prácticas Clínicas para garantizar la seguridad de los pacientes.

A continuación, se inicia el reclutamiento activo de pacientes y la recogida de todos los datos relacionados con la eficacia y seguridad, que predicen el desarrollo del ensayo clínico en las instituciones de investigación como hospitales, centros de atención primaria y unidades de ensayos clínicos.

La fase final del estudio comprende el registro de toda la información recopilada, su validación y análisis por el equipo de estadísticos. El ensayo clínico culmina con la elaboración de un informe final que sintetiza las conclusiones y facilita la difusión de los hallazgos en publicaciones científicas, incorporándose en el expediente de registro en caso de ser una medicación nueva.

Resulta que una gran cantidad de ensayos clínicos no llegan a la etapa de finalización. ¿La razón principal? ¿Es por insuficiencia de fondos o rechazo debido a aspectos más científicos? Según las estimaciones, solo 250 de los 5,000-10,000 compuestos que entran en la etapa de descubrimiento llegan a la fase preclínica. De estos 250, generalmente solo cinco avanzan a la etapa clínica. Finalmente, de estos cinco, solo uno es probable que se comercialice. Los factores que contribuyen a esto son varios, pero por lo general se relacionan con la falta de cumplimiento de los objetivos de los ensayos clínicos debido a la ineficacia, problemas de seguridad, y una mala relación entre los beneficios y riesgos del medicamento. En ocasiones, los ensayos no se finalizan por razones como la falta de participantes o recursos insuficientes.

¿Cómo se seleccionan las personas que participarán en un ensayo clínico? ¿Que se tiene presente al tomar esta decisión? Los requisitos de inclusión y exclusión, para determinar si un paciente está adecuado para participar en un ensayo clínico, son establecidos por el protocolo del ensayo. Según la etapa de desarrollo del medicamento, se busca que los participantes sean o bien extremadamente parecidos (como voluntarios saludables sin medicamentos ni condiciones preexistentes, en los ensayos de fase 1), o sean un grupo variado representativo de la población a la cual se destinará el medicamento (en etapas de desarrollo posteriores, o ensayos de fase III). Antes de que una persona sea ingresada en un ensayo clínico, se le debe informar de manera detallada sobre el estudio, sus objetivos, el medicamento a administrar, los procedimientos y pruebas que se realizarán y los posibles riesgos. También se requiere su consentimiento escrito antes de iniciar cualquier procedimiento del ensayo.

¿Qué función desempeñan los comités de ética en la realización de pruebas clínicas? Los Comités de Ética de Investigación con Medicamentos (CEIm) son esenciales en la evaluación de las cuestiones éticas, metodológicas y jurídicas de las pruebas clínicas con medicamentos y otros tipos de estudios biomédicos. Esta valoración se realiza con el objetivo de salvaguardar los derechos y libertades de los individuos que participan en estas pruebas. No es permitido iniciar ningún tipo de investigación clínica que involucre a pacientes sin la previa aprobación de un CEIm, y en el caso de las pruebas clínicas con productos médicos o sanitarios, también se requiere la autorización de la entidad reguladora, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios en nuestro país.

¿Cuáles son los obstáculos más comunes que los investigadores enfrentan durante las pruebas clínicas y cómo lidiar con ellos? El mayor reto al que se enfrentan los investigadores durante una prueba clínica es, sin lugar a dudas, la captación de pacientes ya que obtener el tamaño de muestra necesario es clave para conseguir resultados confiables. Otros desafíos incluyen la burocracia y la administración de recursos. La mayoría de los investigadores también tienen responsabilidades clínicas significativas. Afortunadamente, los hospitales de alto nivel y cada vez más instituciones más pequeñas disponen de unidades especializadas en pruebas clínicas que brindan apoyo a los investigadores a cargo de las pruebas clínicas. Estas unidades cuentan con personal especializado y dedicado exclusivamente a esta función, como coordinadores de pruebas, personal de enfermería, médicos, y personal administrativo.

La etapa de análisis de datos en un estudio clínico es de gran importancia y se toman medidas para garantizar el rigor de los resultados. Todo el proceso de un estudio clínico se rige por normativas y controles muy estrictos que velan por la protección del paciente y la confiabilidad de los datos obtenidos. Durante el análisis de datos, se utilizan sistemas de recolección y evaluación de datos validados, se observan procesos de trabajo estandarizados y se realizan controles y auditorías para asegurar la precisión de los datos y la confiabilidad de los hallazgos.

Antes de establecer una base de datos para el análisis estadístico, los datos recogidos son revisados por monitores independientes del estudio clínico. Estos monitores verifican que los datos ingresados en el registro de datos coincidan con la historia clínica del paciente, y que todos los procesos del estudio se hayan seguido de acuerdo con el protocolo del estudio y las normas de “Buena Práctica Clínica” que cada investigador debe seguir.

En cuanto a las áreas terapéuticas donde se realizan más estudios clínicos actualmente, según datos del Registro Español de ensayos clínicos (REec), la oncología encabeza la lista (34%), seguida por el sistema nervioso (8%) y las enfermedades mediadas por el sistema inmunológico (7%).

¿Son las enfermedades poco comunes las más desatendidas? Actualmente en España se están llevando a cabo alrededor de 3700 estudios clínicos (según REec), de los cuales más de 800 se relacionan con condiciones poco frecuentes, lo que representa un 22%. Cabe resaltar el incremento significativo en investigaciones clínicas sobre enfermedades raras en los últimos años, pasando de 21 pruebas autorizadas en 2015 a 202 pruebas aprobadas en 2022. Cada tercera droga autorizada en Europa en 2023 tenía principio activo huérfano. En el escenario de estas enfermedades, la investigación académica y las iniciativas con fondos públicos nacionales y europeos tienen un papel muy importante.

¿Qué tal se maneja España en el desarrollo de este tipo de investigaciones? A lo largo de los últimos diez años, España ha experimentado una gran expansión en la realización de ensayos clínicos. Cada tercer estudio clínico en Europa involucra a España. En 2021, la contribución de España a nivel mundial en ensayos clínicos alcanzó un porcentaje de 4,1%.

Además, en el último año, en términos de participantes, España ha evidenciado un incremento considerable, alcanzando aproximadamente 145.000 pacientes en más de 3.400 estudios clínicos. En cuanto a la investigación del cáncer, España también tiene una posición muy importante, en gran parte debido al sólido respaldo del sistema sanitario nacional. Entre 2007 y 2017, el número de ensayos clínicos en oncología iniciados llegó a un impresionante total de 2000, de los cuales el 80% son en colaboración internacional.

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