El organismo encargado del tráfico en España, la Dirección General de Tráfico, proyecta incrementar la cantidad de radares en las vías españolas en cerca de 100 nuevas unidades durante el año 2024. Un gran número de estos nuevos dispositivos serán cinemómetros de tramo.
Estos aparatos son una avanzada versión de los puntos de control fijos habituales, ya que posibilitan determinar la velocidad promedio con la que un vehículo se desplaza a lo largo de un tramo de algunos kilómetros. Por esta razón, las cámaras y demás equipos que marcan el principio y el final de un tramo suelen ubicarse en áreas como las de los letreros de información o en cajas permanentes.
Por lo tanto, te contamos dos trucos para identificarlos.
¿Cómo puedes descubrir si existe un radar detrás de un cartel informativo?
Existe un método que permite detectar la presencia de un cinemómetro detrás de la pantalla de uno de los letreros informativos comúnmente vistos en las carreteras. Simplemente hay que prestar atención a las columnas que sostienen el pórtico.
En caso de que haya un dispositivo controlador, encontrarás una escalera mecánica en sus soportes laterales, ya que es necesario que los técnicos suban para poner en marcha o reparar los radares. En definitiva, si nos fijamos bien, podremos evitar una multa considerable.
¿Es posible averiguar si un radar fijo se encuentra habilitado?
Este procedimiento es básico y requiere tan solo observar detenidamente la caja del cinemómetro, haciendo aconsejable que lo haga el copiloto en lugar del conductor. Dado que usualmente una de cada tres cajas está vacía debido a que existe un número limitado de dispositivos controladores.
El truco radica en observar los orificios de las cajas y determinar si está presente la lente. Si no se ve nada, significa que el radar no está en dicho compartimento. No obstante, hay que tener en cuenta que la DGT los va rotando periódicamente, por lo que no debemos confiarnos completamente y siempre debemos respetar los límites de velocidad.
Los cinemómetros fijos, conocidos comúnmente como radares, cuentan con un rango especificado de actuación según la Dirección General de Tráfico (DGT). De acuerdo a la denominada ‘regla del 5 y del 7’, estos dispositivos no actúan inmediatamente con el mínimo exceso de velocidad, sino que cumplen con ciertos márgenes de error.
Si la velocidad máxima estipulada es menor a 100 km/h, el radar no reacciona a menos que la velocidad sea excedida en más de 5 kms por hora. Por lo tanto, en una carretera con velocidad máxima de 80 km/h, el radar no sancionará hasta que la velocidad supere los 85 km/h.
Mientras tanto, si la velocidad máxima es superior a 100 km/h, el radar solo emitirá una sanción al superar la velocidad de un 7%. Por lo tanto, en autopistas con un límite de 120 km/h, uno puede conducir hasta 128.4 km/h sin enfrentar multas.
Es importante tener en cuenta que otros radares, como los móviles o el helicóptero Pegasus, pueden tener diferentes márgenes de error, aunque nunca deberían ser menos del 3%. Sin embargo, durante los últimos años, la DGT ha estado trabajando en la creación de cinemómetros con mayor precisión.
