Esta semana es crucial para Cataluña, ya que se espera que el socialista Salvador Illa sea nombrado nuevo presidente de la Generalitat. Esta designación será posible gracias al preacuerdo alcanzado el pasado viernes entre las bases de ERC y el PSC, que brinda apoyo al líder socialista.
De la misma forma, Illa ha obtenido el respaldo de los Comuns. Ahora, la próxima etapa consistirá en una serie de consultas, dirigidas por el presidente del Parlament, Josep Rull, quien se reunirá con todos los grupos en la Cámara, ya que Illa confirmó el viernes pasado que tenía el apoyo necesario para su investidura.
Aunque se esperaba que estas consultas se iniciaran el lunes, se han reprogramado para el martes por «cuestiones de agenda» del grupo parlamentario ERC, según un comunicado del Parlament. Aun así, desde el partido republicano han confirmado que, aunque no podían asistir en persona, estarían dispuestos a asistir a la reunión por teléfono.
Finalmente, será el martes cuando Rull comience sus consultas en la oficina de Audiencias a las 9.30 de la mañana. Se reunirá primero con los representantes de los partidos que han proporcionado su apoyo a Illa. Curiosamente, el primero en esta ronda de consultas será el propio Illa, seguido por los republicanos Josep Maria Jové y Marta Vilalta a las 10.00 horas, y Jéssica Albiach, de los Comuns, a las 10.30. Después de ellos, será el momento para los demás partidos políticos.
Tras la finalización de todos los eventos, Rull aparecerá para evaluar si existen las circunstancias adecuadas para proceder a una investidura. Se anticipa que este miércoles se organizará una asamblea de la Diputación Permanente para programar dicha sesión, retrasando así la votación para la designación de Illa hasta el jueves.
Aunque el socialista proclama contar con el respaldo de los 20 parlamentarios de ERC y seis de los Comuns, la realidad es que una de las parlamentarias de ERC, Mar Besses, es miembro de Jovent Republicà, un grupo juvenil que considera votar en contra, y no tiene por qué seguir la misma línea que el resto del grupo. Así, es posible que el candidato del PSC no consiga la mayoría requerida a pesar de alcanzar un acuerdo con ERC.
Los miembros de ERC apoyaron el acuerdo
El viernes pasado, los miembros de ERC respaldaron finalmente el pacto formado entre ellos y los socialistas. De los 6.349 miembros que votaron en la consulta, 3.397 votaron afirmativamente, 2.847 votaron negativamente y 105 se abstuvieron. Con estos resultados, los republicanos finalmente aprobaron el acuerdo, aunque con un estrecho 53,5% de apoyo.
De hecho, los miembros approacharon la consulta divididos. Mientras la mayoría de la dirección de ERC, el gobierno y los alcaldes apoyaban el preacuerdo, figuras destacadas del partido como la parlamentaria Pilar Vallugera; el consejero nacional, Joan Puig y los excongresistas Jordi Orobitg y Carles Castillo, se opusieron. En el caso de Oriol Junqueras, ex presidente del partido, señaló que «respetaba» el preacuerdo, pero no se manifestó en relación a su voto.
Este ‘convenio’, respaldado por los líderes de Esquerra y con la aprobación del gobierno, podría otorgar a Cataluña un mayor grado de autonomía financiera y progresos en la esfera social. Sin embargo, llegar a este punto requería un largo proceso que ha definido las rutas de ambos partidos políticos.
Un pacto entre ERC y PSC
Hace más de una semana, Esquerra Republicana presentó un ‘ultimátum’ al grupo negociador del PSC para alcanzar un pacto antes del plazo determinado por el partido. En un artículo, lideres partidistas como Marta Rovira, Josep Maria Jové, Marta Vilalta, Juli Fernández y Oriol López advertían que «si no se da un paso significativo y definitivo hacia la autonomía financiera, no habrá acuerdo posible para la investidura.» Además, solicitaron a los socialistas demostrar «mediante acciones» que cumplirían con las promesas y obligaciones de las negociaciones con el PSOE para investir a Pedro Sánchez.
Horas después, el Govern de Cataluña anunciaba que en los próximos tres años recibiría 1.520 millones de euros del Gobierno para trenes, becas e investigación, cumpliendo con los acuerdos de investidura entre ERC y el PSOE. Se detalló que de ese monto, casi 1.058 millones de euros serán destinados para «poner el contador a cero» y liquidar las deudas acumuladas desde 2016 con Rodalies.
Dos días después de este anuncio, ambas entidades se volvieron a reunir para cerrar un nuevo acuerdo pendiente: el traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Pero mientras se realizaba el acto formal entre la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el conseller de Drets Socials, Carles Campuzano, previamente había tenido lugar una reunión entre los dirigentes de España y Cataluña.
El mandatario en ejercicio, Pere Aragonès, tuvo una reunión «amigable» y de «rutina institucional» con el lider del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palau de la Generalitat. Aragonès utilizó esta oportunidad para presionar a Sánchez a avanzar hacia un financiamiento específico para Cataluña. Aunque tanto Moncloa como el Govern negaron que se discutiera el tema de la toma de posesión durante la reunión, es innegable que los presidentes insinuaron que se había preparado el terreno para un pacto entre PSC y ERC.
El «avance» del acuerdo
Después del encuentro entre Aragonès y Sánchez, los equipos negociadores de ERC y PSC regresaron a la mesa de negociaciones para dar impulso y esclarecer los términos del ‘acuerdo’. Lejos de la publicidad, Carles Puigdemont volvió a aparecer en escena. Junts, con menor chance de formar el Govern, se habian apartado del centro de atención que en esos momentos ocupaban los republicanos y socialistas. Por lo tanto, la semana pasada el exmandatario dirigió unas palabras a los miembros de Junts en el cuarto aniversario del grupo, confirmando que volvería a Cataluña para la ceremonia de toma de posesión.
Finalmente, el lunes pasado se reveló que la cúpula de ERC estaba considerando los resultados de las negociaciones. La ejecutiva de Esquerra Republicana aprobó finalmente el preacuerdo con el equipo negociador del PSC para que el exministro de Salud tomara posesión. Tras considerar el documento durante más de diez horas y debatir sobre su contenido, la dirección del partido decidió que se habían cumplido las demandas en relación a la ‘carpeta’ de financiación para Cataluña.
Raquel Sans, representante de ERC, mencionó que el acuerdo en cuestión contempla un «concierto económico» para conceder a la comunidad autónoma el control financiero. El preacuerdo, una vez expuesto al público, confirmó que se establecería un financiamiento exclusivo para Cataluña, además de medidas de apoyo para salvaguardar y fomentar el catalán mediante la consolidación del modelo educativo catalán y la promoción del uso social del idioma. Asimismo, proponía un arreglo al «problema político» que enfrenta a la comunidad autónoma y España, haciendo uso del diálogo.
En segundo lugar, el PSOE ha apoyado firmemente el preacuerdo, prometiendo fomentarlo y llevarlo a cabo en las áreas que requieran la intervención de las entidades estatales, según información proporcionada a 20minutos por fuentes del partido socialista. Sin embargo, en los últimos días se han escuchado voces internas del partido, lideradas por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, criticando el preacuerdo.
Mientras tanto, Carles Puigdemont, líder de Junts, persiste en su decisión de presentarse en Cataluña para intentar bloquear la investidura del socialista, como ha comunicado en múltiples oportunidades. En una carta difundida en redes sociales el sábado, Puigdemont afirmó que el pacto PSC-ERC «incrementa la probabilidad de un arresto en muy pocos días».
En la misma carta, Puigdemont sostuvo que, al igual que su exilio fue una decisión política, el regreso también lo sería. Junts, su partido, ha manifestado su desacuerdo con el pacto entre republicanos y socialistas, pues alegan que este «acepta de facto el marco político que el PSC ha intentado establecer».
El partido que formaba parte de la acusación apuntó al candidato socialista la semana pasada, alegando que siempre se mantuvo en favor de reprimir el independentismo y mostrando poco interés por la lengua catalana. Además, afirmaron que no mostró ninguna intención ni deseo de influir en su partido para poner fin al maltrato económico y nacional por parte del Estado que consideran insostenible. Por otro lado, el presidente de la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC), Lluís Llach, instó también a los miembros de ERC a votar en contra del preacuerdo.
El respaldo de los Comuns
El PSC también ha conseguido el respaldo de los seis escaños de los Comuns. La semana pasada, el partido liderado por Jéssica Albiach, explicó que habían alcanzado un preacuerdo donde ambas partes se comprometían a fomentar la vivienda social y a bloquear la construcción de la B-40 y el Hard Rock. Durante las campañas electorales y las negociaciones que siguieron, el equipo de Jéssica Albiach tuvo claras exigencias: vivienda asequible, mejoras en la salud y la educación, y una transición ecológica justa. Además, también estipularon como condición no construir el macrocasino del Hard Rock en Cataluña, condición que finalmente los socialistas aceptaron.
Desde la base del partido, Albiach anunció que el acuerdo incluía suspender la construcción del macroproyecto en Tarragona. «Nos dijeron que no era factible, pero lo logramos. El Hard Rock no se ubicará en Cataluña». Esta decisión viene acompañada de la eliminación de la reducción de los impuestos al juego prevista en la Ley 6/2014. Asimismo, durante su declaración, Albiach aclaró que se trata de un acuerdo de investidura y no de incorporación al Govern.
El acuerdo del partido morado fue ratificado el pasado miércoles, obteniendo 124 votos a favor con tan solo dos abstenciones. Este pacto culminó con una firma simbólica en un evento este sábado, sello final del proceso. Comentarios.
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