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Ya estamos en verano y con esta temporada también vienen las enfermedades. Generalmente, nos enfermamos más en invierno, sin embargo, existen dos circunstancias principales que nos explican por qué nos enfermamos más en el periodo de verano. La primera razón tiene que ver con la variación de temperatura entre el exterior, con su calor intenso, y los espacios interiores como el transporte público y las oficinas, que mantienen un aire acondicionado potente.

El otro motivo se encuentra en la relación entre las vacaciones y el estrés. Según Alfredo Corell, profesor de inmunología, «nuestro sistema inmunitario se vuelve menos efectivo», lo que hace más probable la posibilidad de adquirir algún virus.

Conforme al experto, el estrés es el detonante principal de dichas infecciones.

Especificamente, la tensión y nerviosismo acumulado a lo largo del año debido a la vorágine del trabajo, el colegio y las actividades extraescolares hacen que cuando llega el momento de descansar, nuestras defensas no estén listas para reaccionar. En consecuencia, nuestro cuerpo se halla en un estado más débil y susceptible.

La doctora y profesora de la Universidad Complutense, Vanessa Fernández, aclara que el estrés es «un proceso dual, tanto biológico como psicólogico, que se inicia cuando una persona se ve sobrepasada por las demandas de su entorno». Por otro lado, el profesor Corell nos habla de dos tipos de estrés. El primero se denomina estrés agudo, un tipo de estrés que «estimula la mente y el sistema inmunitario», además de mantener nuestras defensas en alerta. Este tipo de estrés surge comúnmente en situaciones como el momento de entregar un proyecto o al terminar una relación sentimental.

Cuando alguien se toma un descanso, reemplazando el agobio cotidiano por alivio, es cuando nuestro sistema de defensa tiende a «bajar la guardia», lo que facilita la aparición de enfermedades, según se extrae de las palabras del especialista. Este último también nos ilustra sobre el motivo de un incremento en el número de infecciones durante estos períodos. La psicóloga añade: «Es un periodo de descanso».

Los expertos hablan además sobre un segundo tipo de estrés conocido como crónico, que surge cuando alguien experimenta altos niveles de angustia durante largo tiempo. El profesional explica: «En este punto, los riñones liberan cortisol, que es el inmunosupresor más potente de la naturaleza». Y esto conlleva a que las defensas del cuerpo disminuyan y sea más propenso a enfermar. Este tipo de estrés poco tiene que ver con las vacaciones, ya que estas personas «están enfermas durante todo el año a causa del estrés crónico constante», confirma el experto. Resultando ser muy perjudicial para la salud, «ataca directamente al sistema inmunológico», aclara.

Con respecto a esta última cuestión, Vanessa Fernández expone que en estas condiciones se pueden observar tres etapas. Primeramente, la de alerta, «en la que los procesos se activan», es decir, el cuerpo advierte que está siendo sometido a un alto nivel de estrés. A continuación, se da la resistencia, «cuando el factor estresante persiste», y finalmente, llega el agotamiento. «Has estado bajo estrés por mucho tiempo y surge la enfermedad física».

La maestra de Complutense se refiere a los órganos objetivo, los cuales se «encienden» en situaciones estresantes. «Hay personas que les duele la cabeza y cuando ese dolor persiste por un largo periodo puede dar lugar a migrañas», afirma. Añade que nuestro cuerpo nos alerta mucho antes de irnos de vacaciones, pero es justo en ese momento cuando se deja de lado todo y el cuerpo, ya debilitado, se somete a la enfermedad.

Las infecciones pueden variar enormemente. Según el experto, «no hay un patrón establecido de enfermedades» es decir, las enfermedades dependen de lo que esté presente en ese momento. No obstante, Corell destaca que durante el verano es más dificil contraer enfermedades respiratorias como la gripe, ya que estas son estacionales. En cambio, lo más frecuente son los herpes («que se reactivan cuando las defensas están bajas») o las úlceras bucales.

Recomendaciones

Hay algunas medidas preventivas para evitar infecciones durante el verano. La psicóloga aconseja reducir el ritmo gradualmente. «Uno no puede simplemente dejar el trabajo y dirigirse a la playa», menciona, ya que en esos momentos la persona está repleta de cortisol y adrenalina. De este modo, la experta sugiere «escuchar a nuestro cuerpo a diario. Si necesitas dormir más, entonces duerme más».

Por su parte, Corell menciona seis tácticas para evitar enfermarse durante las vacaciones y todas ellas implican «fortalecer el sistema inmunológico». Según explica, «desde un punto de vista psicológico, debemos buscar actividades que generen hormonas de felicidad, como bailar, correr o realizar actividades grupales». Además, es esencial mantener una alimentación balanceada y saludable, «Con variedad de alimentos y evitando las drogas, el alcohol y el tabaco».

Según el docente, la actividad física tiene un efecto positivo en el sistema inmunológico. «Interrumpir tu rutina de ejercicio durante las vacaciones puede resultar perjudicial». También enfatizó la importancia de mantener buenos hábitos de sueño e higiene. Aseguró que «es esencial dormir al menos siete horas y media a ocho», además de «mantener los espacios bien ventilados y lavarse las manos frecuentemente». Estos son comportamientos clave que a menudo se descuidan durante ciertos períodos, pero que contribuyen significativamente a prevenir infecciones. Comentarios.

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