Todo aquel que tiene perros en su hogar comprende la trascendencia de darles un paseo diario. No solo se trata de un evento crucial (y muy anticipado) para nuestros amigos de cuatro patas, sino que va más allá, cumpliendo cuatro funciones vitales para su bienestar, siempre y cuando se lleven a cabo adecuadamente.
Sonia Losada, una educadora canina con más de una década de experiencia, profesora y comunicadora mediante el podcast ‘Hablemos de perros’, menciona que los paseos deben ser personalizados dependiendo las necesidades de cada perro y que asegurarse de que se cumplan las cuatro funciones es imprescindible.
«El concepto de paseo ha cambiado considerablemente en los últimos años», expone. «Se solía predicar que era necesario pasear a los perros tres veces al día, pero eso solo abarca la función de evacuación. El paseo en realidad también incluye otros aspectos como el físico, el mental y el social».
Losada añade que, según las particularidades del perro y nuestras propias circunstancias, las funciones pueden verse de diversa manera cubiertas. Por lo tanto, cuando llevamos a nuestros perros a pasear, es importante tener en cuenta su personalidad, sus preferencias y sus requerimientos.
«Antiguamente se pensaba que solo era necesario sacarlos a hacer sus necesidades fisiológicas, pero hoy en día ya se sabe que los perros son mucho más que simples animales sin sentimientos. Si se cansan y se les estimula, se comportarán mejor, lo que cambia totalmente la dinámica», comenta la educadora canina.
Como ejemplo, Losada nos cuenta que su perro Roi, vive con ella en una pequeña casa de montaña con un terreno adjunto donde puede cubrir sus necesidades de evacuación y ejercicio físico. «No sería lógico llevarlo a pasear tres veces al día solo para evacuar, ya que tiene espacio suficiente en el terreno para hacerlo», insiste, «Esto era algo completamente diferente cuando vivíamos en un departamento».
«El comportamiento físico, como trepar y descender pequeñas escalas, correr aquí y allá, ya implica un entrenamiento suficiente en casa, por lo que en este sentido, no es vital llevarlo a tres horas adicionales de paseo con la intención de que se mantenga activo», comenta.
A través de este ejemplo, Losada demuestra que la cantidad de paseo que un perro necesitará varía dependiendo de las circunstancias individuales de cada familia, y por lo tanto, el tiempo de paseo deberá ser ajustado de manera apropiada para garantizar que las cuatro necesidades del perro se cumplan.
Si no se satisfacen las cuatro necesidades, el perro comenzará a presentar deficiencias y mostrará conductas problemáticas.
«Continuando con el ejemplo de Roi, las funciones mentales y sociales dependen del perro y, en este caso, como a Roi le encanta observar a la gente, socializar con otros perros (que es distinto a lo que yo prefiero), tengo que planificar los paseos pensando en cumplir con estas funciones», añade.
Losada comparte que sus paseos ocurren en sitios donde sabe que habrá gente y perros con los que Roi pueda interactuar y, por otro lado, en áreas donde el perro pueda explorar, descubrir y oler, para satisfacer también su necesidad mental.
Sin embargo, ella, como educadora de perros, remite y hace hincapié en que esto no es un remedio infalible. Para proporcionar los paseos adecuados, debemos tener un buen entendimiento de nuestro perro y proporcionarle las salidas que necesita. «Es necesario reforzar en los paseos las áreas que más necesita, ya sea física, mental o cualquier otra», aclara.
«Si no lo hacemos, el perro comenzará a desarrollar deficiencias y mostrará signos de ansiedad, depresión o adquirirá miedos, entre otros», advierte Losada. «Es por esto que es crucial reflexionar si estamos satisfaciendo las cuatro funciones y si estamos realizando los paseos adecuados, que variarán dependiendo del perro».
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