×

España logró una remontada contra Marruecos y ahora se enfrentará en la final de fútbol

Una de las maravillas astronómicas más esperadas del verano se acerca con la llegada de agosto: los meteoros conocidos popularmente como ‘Lágrimas de San Lorenzo’ o la lluvia de estrellas. Estos meteoros iluminarán el cielo y se convertirán en una atracción celeste, especialmente en el hemisferio norte, gracias a las condiciones propicias del verano boreal y su alta actividad perenne.

La pregunta que surge entonces es… ¿Cuándo aparecerán estos meteoros este verano?

Aparecieron por primera vez este año el 17 de julio y continuarán su desfile celeste hasta el 24 de agosto. Llamadas también ‘Lágrimas de San Lorenzo’ ya que su pico de actividad suele coincidir con la conmemoración de este santo el 10 de agosto.

Los meteóricos adquirieron el nombre de perseidas debido a que emanan de la constelación de Perseo, tal como Meteored indica. Este punto en el cielo desde donde se origina la lluvia de estrellas es conocido como radiante, y es utilizado para nombrar los diferentes espectáculos estelares que ocurren durante el año.

Este año, ver las ‘Lágrimas de San Lorenzo’ será más desafiante que en ocasiones anteriores, ya que la fase creciente de la luna interfiere con la visibilidad durante su actividad máxima. Se estima que entre el 11 y el 13 de agosto, hasta 200 meteoros por hora cruzarán los cielos, pero debido a la interferencia lunar, los astrónomos aconsejan observarlos en los primeros días de agosto para una mejor visibilidad.

En agosto se dará un gran progreso en la astronomía. En las noches del 12 al 13, el apogeo de la lluvia de meteoros de las perseidas será visible, aunque los días previos y siguientes también permitirán la observación de estrellas fugaces. Durante la madrugada del día 21, una ocultación de Saturno por la Luna será observable desde cualquier punto de España.

Apuntemos ahora a cómo se originan las perseidas. Pese a ser un fenómeno astronómico atrayente para muchos, no todos comprenden realmente su formación. Las perseverantes no son más que restos de piedra capturados por la gravedad terrestre al encontrarse con los anillos compuestos por gases, polvo y escombros rocosos que los cometas dejan a su paso. Pueden alcanzar en la atmósfera velocidades que exceden los 50 kilómetros por segundo.

La luz que advertimos cuando pasan es resultado de la fricción de estos materiales con los gases atmosféricos que se hallan en las capas superiores de la atmósfera. Estos gases consiguen vaporizar los meteoros y crean el brillo intenso que identificamos como estrellas fugaces.

El matiz de las estrellas fugaces depende de la composición química de cada meteoro. Si están compuestas en su mayoría por magnesio, serán de color azul, si predominan el sodio serán anaranjadas, si es el calcio el que predomina serán violetas y si la concentración de hierro o de nitrógeno y oxígeno es alta, serán amarillas y rojas respectivamente. Cada meteoro tiene un color distinto en función de su composición química.

El mes de agosto marca el cruce de las órbitas del cometa 109P/Swift-Tuttle y la Tierra. Este cometa, con un núcleo cuyo largo alcanza los 26 kilómetros, completa su órbita alrededor del Sol cada 133 años. Sus residuos son los causantes del espectáculo celeste conocido como las Perseidas.

Es común que las palabras meteoro, bólido y meteorito se utilicen indistintamente, pero no significan lo mismo. Un meteoro, que a menudo se le llama estrella fugaz, es un destello de luz rápido, generado cuando un objeto se desintegra al pasar por la atmósfera terrestre a alturas elevadas, antes de llegar a la superficie.

En contraste, los bólidos son desintegraciones que ocurren a alturas más bajas. Entre más cerca de la Tierra estén, la luz que emiten es más brillante, asemejándose a una bola de fuego cruzando el cielo. De cierta manera, los bólidos son estrellas fugaces que duran más.

Los meteoritos, diferentemente, son cuerpos celestes que atraviesan la atmósfera terrestre y terminan impactando la superficie del planeta, o cualquier otro cuerpo celeste. Comentarios.

Lea También