Algunas personas argumentan que nunca puede haber demasiado queso, ya sea en una receta, en una tabla de quesos, en un estante o en un refrigerador. Si eres un aficionado al queso en todas sus formas y sabores, seguro entiendes a qué nos referimos.
Hay una infinidad de variedades de quesos alrededor del mundo, destinados a satisfacer cualquier gusto: desde quesos curados, hechos con leche de cabra, oveja o vaca, ahumados, madurados en cuevas, mezclados con ingredientes adicionales como pimiento, trufas o especias, aptos para derretir o consumir crudos.
No obstante, dependiendo de ciertos factores, algunos quesos pueden ser más saludables que otros, particularmente aquellos con un menor contenido graso.
Es importante saber qué buscar para determinar si un queso es más saludable cuando estamos comprando en el supermercado. Por supuesto, en circunstancias normales, siempre se debería seleccionar el queso que más te gusta. Sin embargo, si te preocupa el aspecto nutricional, hay ciertos factores a considerar.
El contenido de grasa en el queso puede variar considerablemente, desde un queso descremado con menos del 10% de grasa, hasta algunos tipos de queso que tienen hasta el 60% de grasa. A veces, terminamos comprando productos con sabor a queso que en realidad no son queso y que suelen tener un valor nutricional pobre.
Por lo tanto, lo primero que debemos revisar es el nombre del producto. Si es queso, solo dirá «queso». Si el nombre incluye otras frases como «delicias de queso» o «producto de queso», es mejor no escoger esa opción si estamos buscando opciones saludables.
Al igual que con cualquier otro producto, lo que debes considerar en segundo lugar es el contenido de los ingredientes. Si una etiqueta contiene menos ingredientes, indudablemente estamos lidiando con un producto más puro y con menos aditivos. Evitar los quesos que enumeran cantidades excesivas de sal, agua y otros aditivos en su composición. Es aconsejable que los componentes del queso sean leche, cuajo, fermentos lácticos, mohos, cultivos microbianos, levaduras y agentes coagulantes de la leche.
En tercer lugar, es crucial considerar el contenido proteico. El queso está considerado como un producto naturalmente alto en proteínas, y debería proporcionar al menos 12%, o 12 gramos de proteína por cada 100 gramos.
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