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A pesar de las variaciones en la demanda, el sector del glamping obtiene grandes beneficios con los festivales de música

Los jóvenes españoles han adoptado gradualmente a los festivales de música como una forma preferida de entretenimiento. De acuerdo a Statista, en 2022 España fue anfitriona de más de 900 festivales de tal índole. Muchos de estos festivales atraen a cientos de miles de asistentes que disfrutan de varios días de música variada, desde el pop y reggaetón en el Arenal Sound, hasta el metal en el Resurrection Fest, e incluso música electrónica en el Medusa Festival y el Aquasella.

Aunque el énfasis principal de estos eventos es la diversión, también es esencial tener un lugar donde reposar. Históricamente, las áreas de camping han sido la opción más popular entre los asistentes de festivales, sin embargo, recientemente se ha observado un cambio en las preferencias hacia alternativas más cómodas.

En este punto es donde entra en escena el «glamping», un concepto que fusiona el glamour con el camping tradicional. Este servicio ofrece una carpa ya instalada con colchones y varios servicios extras, que puede variar desde desayuno diario, baño privado, sillas e incluso bebidas, dependiendo del paquete que se elija. Se puede optar por carpas individuales, para parejas o para grupos de hasta ocho personas, lo que lo convierte en una opción ideal para este tipo de eventos que suelen disfrutarse en compañía de amigos.

El concepto de ‘glamping’ o camping de lujo, se presenta como una opción ‘premium’ en contraste al camping tradicional, manteniendo su atmósfera característica pero con un mayor número de beneficios y comodidades. Este concepto llegó a España en 2009 desde Inglaterra, gracias a Héctor Fina y Daniel Costa, quienes fundaron la empresa Festents e instauraron la primera zona de ‘glamping’ en el festival SOS 4.8 que se celebra en Murcia. Actualmente, Festents domina más del 90% del mercado español, con presencia en casi todos los grandes eventos masivos del país y alojando a unos 120,000 asistentes al año.

No obstante, Daniel Costa, director ejecutivo de Festents, indica que el crecimiento del mercado en los años recientes ha encontrado algunos obstáculos. Uno de los principales limitantes es la cultura de los festivales en España, que tiende más hacia un modelo de bajo coste que dificulta aumentar el precio del producto, y por ende el nivel de los servicios, lo que limita la posibilidad de acercarse a la calidad de los ‘glampings’ en festivales de Europa o Estados Unidos como Tomorrowland o Coachella. A pesar de esto, Costa asegura que están mejorando continuamente su servicio con el fin de proporcionar mayor comodidad y una experiencia mejorada para sus clientes.

En los últimos años, las tendencias entre los asistentes a festivales están cambiando significativamente, lo cual es posiblemente el cambio más destacado. Costa señala que aunque el negocio creció a un ritmo del 50-60% en sus primeros siete años, las áreas de campamento de los festivales están empezando a menguar debido a una variación en las preferencias de los nuevos jóvenes asistentes. Ibai Cereijo, encargado de prensa del Medusa Fest, que celebra su decimo aniversario del 7 al 12 de agosto en la Playa de Cullera, observa que la generación Z, ahora mayoritaria en los festivales, tiene gustos musicales diferentes. Los jóvenes de hoy tienden a cambiar la forma en que asisten a estos eventos, optando en ocasiones por reservar un Airbnb en una localidad vecina más tranquila y alejada del ruido constante de la música, incluso si esto implica un costo adicional en tiempo y dinero para el transporte al lugar del festival.

Este cambio comenzó incluso antes de la pandemia y se consolidó durante el parón que la misma causó en la industria musical. Otro cambio notable es el aumento en la compra de boletos para un solo día de festival, ya que los asistentes valoran más la experiencia intensa de un único día o días seleccionados en lugar de permanecer durante todo el festival, lo que reduce la necesidad de alojamiento en el lugar. A pesar de esta tendencia, Cereijo indica que la demanda de campamento sigue siendo alta, con el Medusa vendiendo todas las 10.000 plazas disponibles, además de las más de 1.000 que se ofrecen en el formato de glamping.

Un elemento determinante es el clima español. Mientras que en el norte, cerca de la cornisa cantábrica, el ambiente es propicio para el camping, con césped verdadero y temperaturas moderadas en el verano, el resto de la península, especialmente el sur y la costa mediterránea, presentan un marco muy distinto. Las altas temperaturas y la fuerte incidencia del sol generan desafíos a la hora de descansar de día en una tienda de campaña. Además, es relevante recordar que la mayoría de los conciertos de los festivales tienen lugar hasta altas horas de la madrugada.

A pesar de estas condiciones, Costa confirma que el negocio del «glamping» está en auge, con muchos campistas optando por este en lugar del camping tradicional. «Cada vez más gente decide ir al glamping», afirma, lo que ha permitido cumplir las expectativas de asistencia este verano, presagiando un agosto muy activo. Eventos como el Arenal Sound, que se está desarrollando actualmente en Burriana (Castellón), son un buen ejemplo de ello.

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