En la antigua Grecia, los deportistas eran percibidos como entidades casi míticas, otorgadas con bendiciones divinas y mostraban un excepcional despliegue de moralidad. Su participación en actividades deportivas no solo se limitaba a la rivalidad física, sino que también era una manera de expresar respeto hacia las deidades y representar a su comunidad.
Los deportistas profesionales eran respetados en la sociedad y se les consideraba como ejemplos de grandeza.
Esta perspectiva de los deportistas de alto nivel como seres casi sobrehumanos se ha conservado, hasta cierto grado, en los Juegos Olímpicos actuales. Los atletas profesionales de alta competencia continúan siendo individuos excepcionales, admirados por sus habilidades físicas.
A lo largo de la evolución de los Juegos, miles de atletas han marcado la historia, pero solo un pequeño grupo ha logrado llegar al reconocimiento de leyenda, recolectando una cantidad sin precedentes de medallas.
Michael Phelps: El monarca de las medallas
Este exnadador estadounidense de 39 años lleva la corona como el atleta con más medallas olímpicas en la historia, con un total de 28; 23 de oro, 3 de plata y 2 de bronce.
Su reinado en las piscinas inició en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, ganando 6 medallas, entre ellas 4 de oro. En Pekín 2008, Phelps sorprendió al mundo al lograr un récord de 8 medallas de oro, superando el récord de 7 medallas establecido por Mark Spitz en Múnich 1972. Continuó su éxito en Londres 2012, donde ganó 4 medallas de oro y 2 de plata y, finalmente, en Río de Janeiro 2016, incorporó 5 medallas adicionales a su recuento, 2 de oro y 3 de plata.
Habilidades innatas y dedicación.
Phelps mostró un talento innato para el deporte de la natación desde que era un niño. Empezó a destacar de los demás niños desde que tenía 7 años debido a su estilo refinado de nadar, su potencia y su resistencia, cualidades que le condujeron a su primer triunfo a nivel nacional a la temprana edad de 10 años. A los 11 años, su entrenador Bob Bowman se dio cuenta de su vasto potencial y le ayudó a perfeccionar sus habilidades durante toda su trayectoria.
Phelps, apodado ‘El tiburón de Baltimore’, fue tan sobresaliente en su desempeño que surgieron rumores de que podría estar utilizando sustancias ilegales para mejorar su rendimiento. Sin embargo, Phelps despejó cualquier duda sobre este tema al pasar satisfactoriamente nueve tests antidopaje.
Aunque decidió retirarse después de las Olimpiadas de 2012, Phelps volvió a la competencia en abril de 2014. Posteriormente, anunció su retirada definitiva en 2016, después de haber acumulado más medallas que 161 países combinados. Hoy día, Phelps es considerado como el mejor nadador de la historia y uno de los mejores atletas de todos los tiempos.