Los delitos de odio están tipificados por nuestro Código Penal como unos hechos que pueden ser castigados con penas de cárcel de hasta cuatro años en los casos más graves.
Pese al importante castigo que suponen este tipo de hechos, los casos registrados cada año no dejan de crecer. Así lo apuntan desde el bufete de Abogado penalista Vilches Abogados, donde se hacen eco de las estadísticas estatales publicadas al inicio del mes de julio.
Según el Ministerio del Interior, los delitos de odio crecieron durante 2023 la importante suma de un 21 % respecto al año anterior.
Tal y como el propio ministro Grande-Marlaska anunció en una rueda de prensa, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han investigado en ese ciclo de doce meses un total de 2268 infracciones.
¿A qué se debe ese crecimiento? ¿Cuáles son los considerados como Delitos de Odio? ¿Qué se puede hacer para reducir estas cifras? Los especialistas de Vilches Abogados ofrecen algunas pistas al respecto de esta realidad.
Los delitos de odio contemplan todas aquellas acciones que se llevan a cabo con el objetivo de fomentar el odio o la discriminación hacia cualquier persona o grupo de personas.
Los motivos habituales suelen estar relacionados con problemas de homofobia, racismo, sexismo, religión e ideología. Así lo podemos ver en escenarios como el actual, en el que hay una gran presión social y política para ‘señalar’ a los menores no acompañados que llegan a nuestras fronteras.
El hecho de que estas acciones estén tipificadas como delito penal tiene un objetivo: proteger a todas estas personas que son discriminadas por la sociedad y reducir este tipo de actos y manifestaciones.
Pese a la alarma que se ha generado con la publicación de los datos, es importante analizar los hechos en su contexto. Como explican desde Vilches Abogados, uno de los principales motivos de este acusado crecimiento es que cada vez se denuncian y persiguen más estos actos.
Conscientes de nuestros derechos y los de los otros, cada vez son más personas y colectivos los que se atreven a señalar estos hechos y a exigir que los cuerpos de seguridad del Estado intervengan.
Obviamente, este no es el único motivo: los delitos de racismo y xenofobia, que casi se cuentan por un millar, siguen ofreciendo datos muy altos. Y el perfil de los detenidos es muy concreto: hombres adultos que no dejan de atacar a personas de otros países, especialmente de Marruecos y Colombia.
Precisamente por ello, en el ámbito del Derecho se celebra cualquier tipo de acción que se pueda llevar a cabo para concienciar a la población: denunciar los hechos y acudir a juicio con una buena defensa es la mejor forma de poner freno a las personas que abusan de otras por cualquier de las circunstancias tipificadas en el Código Penal.
El camino es largo, pero los abogados especializados en delitos penales creen que la preocupación creciente de la mayor parte de la población hará que estos datos se estabilicen e incluso mejoren en los próximos años.
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