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El ‘caso Yéremi Vargas’, el niño desaparecido en 2007 en Vecindario (Canarias) mientras jugaba en un descampado con sus primos, sigue en vilo. El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Las Palmas (Imlcf) ha concluido que «no hay anotaciones en los informes médicos del niño sobre la existencia de signos de cianosis«.
Esta afirmación revienta la tesis de los familiares del pequeño, que tratan de demostrar la culpabilidad del principal sospechoso Antonio Ojeda, alias ‘El Rubio’. Según argumenta el abogado de la acusación, Marcos García Montes, Ojeda habló con otro preso cuando estaba encarcelado de que el niño sufría este mal.
La cianosis es una enfermedad que provoca insuficiencias respiratorias en casos de estrés que generan un tono azulado en la piel del que la padece. Para la familia de Yéremi, que el acusado se refiriera al pequeño como «el niño azul», significa que Ojeda conocía de primera mano unos datos médicos que supuestamente sólo podían saber su familiares. «Desde el punto de vista médico no consta de que el menor fuera separado del programa de control de niño sano, por patología alguna».
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