España recuerda, después de 15 años, el accidente del vuelo JK5022 de Spanair, una de las tragedias más nombradas de la aviación española.
Se han cumplido ya 15 años del accidente de Spanair, una de las tragedias más recordada de la aviación española, que dejó 154 muertos.
Accidente de Spanair: 15 años
Un 20 de agosto de 2008, el aeropuerto de Barajas en Madrid se convertía en el escenario de una de las tragedias más recordadas de la aviación española.
Aquel día, el vuelo JK5022 de Spanair, que cubría la ruta hacia Las Palmas de Gran Canaria, sufrió un fatídico accidente al despegar, dejando un saldo de 154 víctimas mortales.
De las 172 personas a bordo, solo 18 pasajeros lograron sobrevivir.
Ese fatídico día, en pleno bullicio vacacional, cientos de viajeros se encontraban en Barajas, ya sea partiendo o retornando de sus descansos.
Sin embargo, el vuelo JK5022 no llegó a su destino.
La mayoría de sus pasajeros tenían residencia en Las Palmas.
Este siniestro se posiciona como el tercer accidente más grave en la historia aeronáutica de España.
Según las investigaciones, una serie de errores en cadena, donde todas las medidas de seguridad fallaron, fue la causa del trágico desenlace.
El siniestro del JK5022 cobró la vida de tres mallorquines, entre ellos profesionales de la aviación.
Antonio Luna, comandante; Francisco Javier Mulet, segundo piloto; y José Fernández Vázquez, otro piloto que viajaba como pasajero, se cuentan entre los 154 pasajeros que partieron aquel 20 de agosto.
Homenajes y recordatorios
La Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 de Spanair (AVJK5022) organizó diversos actos para recordar y homenajear a las víctimas.
En Las Palmas de Gran Canaria, en el monumento ‘Luces en el vacío’, se llevó a cabo un acto donde se realizó una ofrenda floral, lecturas de poemas, intervenciones de autoridades y la lectura de un manifiesto por parte de la AVJK5022.
En la tarde, en Telde, hubo otra ofrenda en el ‘Plaza del Cristo’ de la Playa de Ojos de Garza.
En Madrid, la conmemoración incluyó una rueda de prensa en el Parque Juan Carlos I, seguida de diversas ofrendas florales y actos en lugares emblemáticos como el Olivo con placas de bronce, la placa conmemorativa de la T2 y en la Pista 36L, lugar exacto del accidente.