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Buscan a un asesino que llevaba la máscara de ‘Viernes 13’. Asesinó con un machete a un joven, de 21 años, la noche de Halloween del año pasado en Toledo. Dos testigos explican que llevaba la careta del psicópata de la famosa película de terror.
El asesino es un hombre joven de metro setenta o metro setenta y cinco de altura. Asesinó con un machete. Llevaba una capucha y una máscara ocultaba su cara.
Era la noche de Halloween del año pasado y ese hombre mató de un machetazo a Lorenzo Pompiliu, un joven de 21 años, en una calle de Toledo. Dos testigos han explicado a la policía que tuvieron un incidente en el mismo barrio. Explican también que veinte minutos antes del crimen con un hombre que llevaba un machete y la máscara roja de Jason, el asesino de la saga de terror ‘Viernes 13’. Dos jóvenes que estaban celebrando Halloween próximo al lugar del crimen lo vieron.
Los investigadores han buscado en las tiendas y puntos de venta de objetos empleados en juegos de guerra o air soft. Explicaron que le vieron realizar movimientos con un machete grande, como exhibiéndose delante de ellos. Salieron tras él, que se ocultó detrás de un árbol. Desde allí golpeó dos veces el suelo con el machete y volvió a realizar actos agresivos con el arma. Instantes después, el enmascarado salió hacia ellos, que huyeron de la zona. Veinte minutos después, él y un amigo pasearon por el Parque Lineal cuando vieron a un hombre enmascarado. Su amigo, el superviviente, no pudo explicar qué tipo de máscara llevaba puesta. El hombre les pidió dinero y Lorenzo le dio un billete de diez euros. Posteriormente, el asesino le cortó el cuello con el machete, hirió a su amigo y salió huyendo.
La hipótesis es que el asesino de Lorenzo es un vecino de la zona, apartada del centro de Toledo. La misma teoría defiende el padre de Lorenzo, Constantine, que la semana pasada, durante un homenaje a su hijo explicó que «tengo más de 70 años y no sé si llegaré a saber quién es el asesino de mi hijo». Los agentes disponen de cuatro sospechosos, todos hombres. Dos de ellos con antecedentes por delitos violentos y otros dos con trastornos mentales. Un año después del asesinato, investigadores han pasado las noches del fin de semana y en Halloween trabajando, de incógnito, en las mismas calles del crimen.
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