La Ertzaintza ha encontrado al bebé secuestrado en el hospital de Basurto. Según la descripción, la autora del rapto sería una mujer.
Temas cubiertos
Encuentran en buen estado al bebé secuestrado en el hospital de Basurto. La sospechosa, vestida de sanitaria, engañó a la madre y le hizo creer que se llevaba al pequeño para someterle a unas pruebas
Encuentran en buen estado al bebé secuestrado en el hospital de Basurto
La Ertzaintza ha encontrado al bebé secuestrado en el hospital de Basurto. Los agentes lo han hallado en el felpudo de un octavo piso del portal número 26 del barrio bilbaíno de Santutxu. Lo han encontrado con la pinza del cordón umbilical colocada.
La mujer dejó al bebé y llamó al timbre de la vivienda. La propietaria de la misma abrió la puerta y vio al pequeño en el suelo. El niño con solo un día de vida estuvo secuestrado desde primera hora de la noche de la Maternidad de Basurto y lo trasladaron en una ambulancia medicalizada al mismo centro sanitario para su reconocimiento. Según la descripción de la Ertzaintza, la autora del rapto sería una mujer de mediana edad. Tendría 1,60 metros de altura, complexión obesa y pelo rizado largo, recogido en un moño.
Lo ocurrido el martes 18 de octubre
El martes, 18 de octubre, la mujer había dado a luz a un bebé que pesó más de tres kilos al nacer. Durante la jornada permaneció recuperándose del parto en la habitación que le habían asignado en el pabellón. A su lado tenía la cuna con su hijo, y en la misma dependencia, otra pareja también con su bebé. Accedió a la habitación una mujer de entre 35 y 40 años. Vestía ropas blancas de sanitaria. Tomó al bebé en sus brazos. Le dijo a la madre que iban a someterle a alguna de las pruebas habituales en los recién nacidos.
La secuestradora
La presunta secuestradora pudo salir de la habitación. La madre empezó a sospechar y la familia notificó lo ocurrido al hospital. Personal del centro empezó a buscar a la mujer por las instalaciones sin encontrarla. El propio padre estuvo presente en la búsqueda. Sin embargo, no hallaron ni rastro de la sospechosa, ni tampoco del pequeño. Por si acaso lo había abandonado, inspeccionaron las papeleras, entre los setos, bajos los arbustos y los contenedores de basura. El padre avisó inclu so a un taxista que circulaba por la cercana Avenida de Montevideo en esos momentos, al que pidió que avisara a sus colegas para que permanecieran vigilantes por si veían a la sospechosa.
