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Buscan al dueño de una pierna amputada para que se haga cargo de ella en un hospital del País Vasco. Tras una amputación es el dueño el que debe contratar una funeraria para deshacerse de la extremidad.
El Boletín Oficial del País Vasco ha hecho un llamamiento al dueño de una pierna amputada para que pase por el Hospital Comarcal del Bidasoa de Osakidetza. Allí fue donde la amputaron. No han reclamado el miembro cortado hasta ahora y el hospital no puede deshacerse de él.
La legislación establece que debe asumir la desaparición del miembro el propio amputado o su familia. En los hospitales enfrentan a diario la amputación de miembros para salvar la vida de personas que han sufrido un accidente o una enfermedad.
Tras la amputación de una extremidad es la persona intervenida la que debe contratar una funeraria autorizada. Al igual que en el caso de los cadáveres, deben ser responsables de él. Eso supone evidentemente un coste económico. Tal vez por ahorrarse los gastos de la funeraria, por olvido o simplemente por desconocimiento ha actuado así. En este caso, tras la operación nadie ha reclamado la pierna al hospital.
A partir de ahora, el interesado o personas allegadas disponen de un plazo de diez días hábiles desde la publicación en el BOPV para cumplir con el requerimiento. Lo deberá hacer a través de una funeraria autorizada con su consiguiente coste que puede rondar los 1.500 euros.
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