Coche patrulla Ertzaintza
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La Ertzaintza imputará los pinchazos como delito de odio. Los acusados de llevar a cabo estas acciones podrían enfrentarse a penas de prisión de uno a cuatro años.
Son varios los pinchazos registrados en las últimas semanas y varias las comunidades que plantean medidas.
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La Ertzaintza imputará un delito de odio a las personas que sean acusadas formalmente de haberlos causado. Así lo recoge una circular que el Departamento de Seguridad de la comunidad ha remitido a las comisarías de la Policía vasca.
Los acusados de llevar a cabo estas acciones podrían enfrentarse a penas de prisión de uno a cuatro años y una multa de seis a 12 meses. El delito de odio está tipificado en el Código Penal como el cometido por quien públicamente fomente, promueva o incite al odio o a la violencia contra un grupo o una persona determinada. El Departamento de Seguridad pide a los agentes que en sus testados especifiquen que la víctima pertenece a un «colectivo amenazado» y que, son estas acciones, se ha generado un «clima de miedo».
Recogerán también cuando requieran que «no perciben que el objetivo del pinchazo» sea cometer una agresión sexual o un robo, sino «amenazar» a las mujeres. También que las víctimas lo son por su «condición» de mujer. Desde el sindicato ErNE señalan que el objetivo de la policía es poner a disposición judicial todas las denuncias que produzcan, también las provocadas por los pinchazos y, en el caso de los delincuentes, «lo mismo». La ministra de Justicia, Pilar Llop, hizo un llamamiento a las mujeres que sufren pinchazos en locales de ocio o fiestas a denunciarlo. Además, recalcó que el pinchazo en sí supone un delito de lesiones «un hecho grave de violencia contra la mujer».
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