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La influencer Jennifer Lara podría ir a la cárcel por no entregar su hija al padre. La acusación particular pide para la joven penas de prisión de hasta 24 meses y la retirada de la patria potestad durante cuatro años.
Jennifer Lara entregó a su pequeña de dos años a su padre. Esto ha generado miles de reacciones desde el pasado 21 de julio.
La retransmisión en directo de ese momento por parte de la propia madre en el vídeo de Instagram acumula 11 millones de reproducciones. El debate social que ha generado ponen de manifiesto ahora el proceso judicial que hay detrás de un año. El padre lleva más de 12 años luchando para conseguir la custodia de la pequeña, tal y como asegura su representante legal.
El padre no quiere que el bombo mediático siga y pide que acabe cuanto antes. Explica junto a su abogado que seguirán «por el camino del rigor jurídico como hasta ahora». Un camino que no ha llegado a su fin, ya que la batalla judicial aún no ha terminado. Jennifer Lara deberá sentarse en el banquillo de los acusados el próximo 29 de noviembre, tal y como ha dictaminado el Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid. Durante el juicio oral la influencer deberá responder ante la Fiscalía. Esta pide siete meses de prisión por un delito de desobediencia grave. Además, solicita una pena para la joven de 12 meses por desobediencia, 24 meses por un delito de sustracción de menores y cuatro años de inhabilitación de la patria potestad.
El padre pide, además, una indemnización de 10.000 euros por daños morales. Por ello existe un alto porcentaje de probabilidad de que la joven entre en prisión. Lara sigue firme en su versión asegurando en todo momento que el padre de su hija no ha querido hacerse cargo de la pequeña. Sin embargo, la defensa del progenitor demostró que esto es falso. Desde que ésta cumplió cuatro meses el padre de la niña dejó de poder verla. Desde mayo de 2021, motivo por el cual recurre a la vía civil para resolver la situación.
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