Una compañía de seguros debe indemnizar a una mujer con 272.493 euros por el trozo de bisturí que le dejaron dentro de su cuerpo.
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Deben indemnizar a una mujer a la que dejaron un bisturí dentro del cuerpo. El neurocirujano que la operó rechaza volver a intervenirla para extraérsela al estimar que la hoja se encapsularía y no correría mayor riesgo.
Deben indemnizar a una mujer por dejar un bisturí dentro de su cuerpo
La Audiencia de Madrid ha confirmado la sentencia de un Juzgado que condenó a una compañía de seguros a indemnizar a una mujer con 272.493 euros. Todo ello por los perjuicios causados por el trozo de bisturí que le dejaron entre sus vértebras en una operación de hernia discal y la intervención para extraérselo.
Así lo acuerda la Audiencia Provincial en una sentencia en la que desestima el recurso de la compañía de seguro sanitario de la paciente contra la resolución dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 36 de Madrid, que estimó parcialmente la demanda de la mujer.
El bisturí dentro del cuerpo que les hará indemnizar a la mujer
En un comunicado el despacho de Alfonso Iglesias, abogado de la mujer, explica que la paciente acudió a la consulta de un neurocirujano de A Coruña. Asistió para que le interviniese de una hernia discal. Durante la cirugía al neurocirujano se le rompió la hoja del bisturí, que quedó alojada entre las vértebras de la mujer. Meses después, en un control rutinario posoperatorio, a la paciente le informaron tras la práctica de una prueba de imagen de que tenía un objeto extraño entre las vértebras, posiblemente la punta de un bisturí. El neurocirujano que la operó en A Coruña se negó a volver a intervenirla para extraérsela al estimar que la hoja se encapsularía y no correría mayor riesgo.
Abordaje quirúrgico novedoso
Sin embargo, un neurocirujano de Madrid le dijo que él podría quitarla pero utilizando un abordaje quirúrgico novedoso. En lugar de por vía posterior, por vía lateral. Finalmente tuvo lugar la extracción. El letrado Alfonso Iglesias señala que el resultado fueron siete horas de cirugía y la incapacidad permanente total de la mujer para su trabajo por lesión neurológica grave, además de que no puede deambular de forma autónoma y sufre incontinencia de esfínteres, por lo que está jubilada. Tuvo que vender su vivienda en el casco histórico de Ourense porque no tiene ascensor y comprar un piso en las afueras.
