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Investigan a un profesor de Madrid por echar agua con lejía a una alumna en el ojo. Los hechos tuvieron lugar el pasado 2 de diciembre en un aula de un instituto de San Blas. Este viernes 4 de febrero la joven afectada declaró ante la titular del Juzgado de Instrucción.
Un profesor de un instituto madrileño está siendo investigado por un juzgado por presuntamente echar agua con lejía en el ojo de una alumna.
El agua con lejía provenía de un espray usado para desinfectar el aula. Lo arrojó en los ojos de una alumna que estaba discutiendo con un compañero, para poner fin al conflicto. Sin embargo, el docente asegura fue accidentalmente. El pasado viernes, 4 de febrero, la joven víctima declaró ante la titular del Juzgado de Instrucción número 53 de Madrid. Volvió a asegurar lo denunciado por el Hospital Ramón y Cajal aquel día. De esta forma lo ha explicado la letrada Belén García, que defiende a esta joven. Alega que el día del incidente tenía 17 años. Tras saber que el hospital denunció los hechos al juzgado de guardia ha decidido seguir adelante con el proceso abierto por la magistrada. Se trata de un presunto delito de lesiones.
Actualmente el juzgado investiga si fue o no un delito de lesiones imprudente o doloso. Aquel día un compañero de esta joven la insultó. Tuvo un pequeño encontronazo y el profesor inicialmente no le dio importancia. Sin embargo, poco después el docente cogió el bote con la solución de agua y lejía que había en la clase para desinfectar superficies y roció con él a la chica en los ojos, según la versión de la afectada y de otra alumna. Por su parte, el docente sostiene que era la chica la que tenía en su mano el bote, con la intención de rociar a un compañero, por lo que fue a quitárselo. Explica que, accidentalmente, lo accionó y le arrojó el líquido en la cara, ha detallado su abogada.
La joven fue a urgencias. Allí elaboraron el correspondiente parte. Explican que tenía afectado sobre todo uno de los ojos, con una fuerte irritación que tardó en curar una semana. No tenía lesiones de gravedad. El hospital remitió el informe al juzgado de guardia para que valorara si se trata de un delito.
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