José Ángel S. S., conocido como el pederasta de Instagram, de 31 años, ha comparecido este lunes 31 de enero en la Audiencia Provincial de Madrid.
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El pederasta de Instagram pide perdón por los abusos sexuales que cometió a menores de edad.
El pederasta de Instagram pide perdón
José Ángel S. S., conocido como el pederasta de Instagram, de 31 años, ha comparecido este lunes 21 de enero en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid.
El pederasta de Instagram está acusado de más de 250 delitos de doce tipos distintos. Entre ellos, pornografía infantil, abusos sexuales, ciberacoso y corrupción de menores, entre otros. Las víctimas de José Ángel son casi un centenar de menores de 16 años.
Por su parte, el pederasta ha confesado en el juicio que les confundió en Instagram para tener relaciones sexuales con ellos, tal y como admitió en instrucción. Posteriormente ha reconocido tener una desviación sexual y ha querido mostrar su arrepentimiento. Además, ha pedido perdón a las víctimas, según fuentes jurídicas.
El juicio por los delitos del pederasta de Instagram
Solicitan para José Ángel una pena de 1.324 años de cárcel. Sin embargo, la pena quedaría en 30 años. Lo cierto es que la condena quedaría reducida a 20 años si aplican los atenuantes y el reconocimiento de los delitos, según han indicado fuentes jurídicas. No podrá haber un acuerdo de conformidad entre las partes, fiscal, abogado defensor y acusaciones particulares. En este tipo de delitos necesitan una prueba para que haya una sentencia condenatoria.
Así era José Ángel S.S.
Este lunes 31 de enero ha habido una sesión centrada en el interrogatorio al acusado. Este ha admitido haber cometido los delitos de los que se le acusa «sin género de dudas», según los abogados presentes en la comparecencia. De esta forma, han rechazado la parte de la prueba testifical. En la siguiente prueba comparecerán psicólogos que han tratado al pederasta para certificar que sufre una desviación. Esto supondrá una atenuante en la pena a imponer en la sentencia que finalmente dicten. El hombre se presentaba «consiguiendo ganarse la confianza de los menores y mantener con ellos un intercambio de mensajes de naturaleza sexual. Con fotos y vídeos en los que tanto el acusado como los menores aparecían desnudos y masturbándose, proponiéndoles de manera insistente concertar un encuentro sexual, que en algunas ocasiones tenían lugar, manteniendo los menores relaciones sexuales consentidas con el acusado».