Este es el plan elaborado por la Comunidad de Madrid ante la posibilidad de que se produzca un gran apagón que afecte a todos los suministros.
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Madrid diseña un plan de protección ante un gran apagón: ¿cuáles son los suministros que hay que tener en casa?
El plan de Madrid ante la llegada del ‘gran apagón’
Después del revuelo que ha provocado el simulacro realizado en Austria ante la posibilidad de producirse un gran apagón, la Comunidad de Madrid comenzó su plan.
Instó este miércoles 15 de diciembre al Gobierno central poner en marcha un plan y un protocolo conjunto ante una posible crisis energética que derivaría en un gran apagón. Una de las claves está en evitar el desabastecimiento de productos esenciales.
Las medidas de protección establecidas y consideradas en el informe emitido al Ejecutivo que preside Pedro Sánchez se dividen en cuatro fases. Estas son, por orden: anticipación, respuesta, vuelta a la normalidad y evaluación. Por otro lado, en dicho informe explican algunos de los suministros que los ciudadanos deberían disponer en sus domicilios como medida preventiva.
Comunicado sobre el ‘Gran Apagón’ en Madrid
«No queremos alarmar a la población, sino únicamente tener establecidas las bases y los protocolos de actuación para el supuesto de que se dieran este tipo emergencias para las cuales debemos estar preparados”. De esta forma lo ha explicado el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Enrique López, durante su presentación. «La posibilidad existe y así lo han determinado países de la importancia y de la seriedad de Suiza, de Austria o de Alemania», añadió.
Las cuatro fases del protocolo de actuación
El informe establece la necesidad de disponer de generadores eléctricos, baterías, pilas, velas, receptores analógicos de radio y alimentos de primera necesidad que no requieran conservación en frío. Además, se recomienda que las provisiones puedan servir al menos durante dos semanas. Según el consejero de Presidencia, «no hay datos objetivos» de la llegada del gran apagón «en un futuro inmediato». Sin embargo, ha justificado la necesidad de «trabajar en lo que se llama adelantarse a los acontecimientos», con el fin de prepararse para «cualquier circunstancia y esperando que nunca se produzca«. De esta forma se podría comenzar por la primera fase, anticipación, para disminuir los problemas que nos puedan surgir en la fase de respuesta y continuar con la vuelta a la normalidad antes de la fase de evaluación.
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