Caso Déborah Fernández: toman muestras de ADN a 30 personas después de 20 años del asesinato.
La Policía Científica ha recogido muestras de ADN de una treintena de personas en Vigo. Lo ha hecho autorizada por el juzgado que investiga la muerte de la joven Déborah Fernández-Cervera.
Encontraron el cadáver de la mujer, desaparecida en 2002, días más tarde. Estaba en una cuneta en el municipio de O Rosal, en Pontevedra.
Entre las personas citadas ha estado la madre de la víctima, Rosa Neira. A su salida de la Comisaría que su esperanza reside en que agilicen los tiempos del análisis de estas pruebas.
Su miedo es el final de la investigación, ya que el plazo de prescripción del crimen está cerca.
La madre ha lamentado la falta de agilidad con la resuelven las diligencias y ha puesto como ejemplo los resultados de los estudios biológicos del cadáver de Déborah, que todavía no los han notificados.
Rosa ha reconocido que todo este proceso es agotador debido al archivo judicial y a la reapertura a finales de 2019. «Llevamos 20 años esperando”, ha comunicado. Su hija Déborah desapareció hace casi 20 años cuando salió a correr en Vigo y nunca volvió.
Por su parte, la hermana de Déborah, Rosa Fernández-Cervera, ha explicado que esta criba de muestras de ADN «servirá para descartar«. De esta forma, tendrán que cotejar los resultados obtenidos con los restos biológicos hallados en el cuerpo de la joven tras su exhumación.
Las muestras, hasta ahora, habían sido comparadas con «el ADN introducido post-mortem» en el cuerpo de la víctima. Son unos restos biológicos que, según mantiene la familia y refleja un informe criminalístico en el atestado policial de 2010, fueron colocados expresamente en el cuerpo de la fallecida para dar pistas falsas. De esta forma pudieron desviar las pesquisas del verdadero autor de la muerte. Al igual que su madre, la hermana ha expresado su deseo de que el análisis de estas muestras puedan hacerse «a tiempo». Como su madre, también teme la prescripción del caso de Deborah Fernández. Esta será entre abril y mayo del 2022. «Parece que al juzgado no le preocupa el plazo de prescripción», ha concluído.
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