La Policía Nacional ha detenido a un hombre que mantuvo secuestradas durante ocho años a sus dos sobrinas, una de ellas menor de edad.
Un hombre de nacionalidad yemení y de 54 años de edad, mantuvo secuestradas, presuntamente, a sus dos sobrinas.
En 2014 salió de su país de origen sin ningún tipo de autorización.
Una denuncia de una ONG ante la Policía Nacional alertó de que cuatro mujeres de una familia acogida vivían en plena sumisión hacia el varón.
Las gestiones realizadas por los agentes permitieron conocer que en marzo del 2020, un varón y cuatro mujeres de origen yemení, dos de ellas hijas -una menor de edad- y las otras dos sobrinas -también menor de edad una de ellas-, llegaron a España a través el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, siendo acogidos en la Región de Murcia.
Sobre el paradero de la madre de sus hijas y de los padres de sus sobrinas, el varón había dado diferentes versiones cuando fue interrogado.
Desde 2014, el hombre y las cuatro mujeres viajaron por Malasia; Corea del Sur, donde estuvo 15 días; Indonesia, donde permaneció sobre un año; Ecuador, donde solicitó asilo y permaneció cuatro meses; Colombia, donde aceptaron su asilo y de donde salió, tras casi dos años, hacia Turquía. En el país turco, al dirigirse al consulado de Yemen para renovar su pasaporte, le notificaron que tenía una denuncia por secuestro de sus dos sobrinas. Para evitar que le retirasen a las jóvenes, partió en avión hacia España.
Los agentes, a través de INTERPOL, pudieron confirmar que la madre de las dos sobrinas, que era además la mujer del hermano del investigado, seguía buscando a sus hijas.
Se procedió a la detención del investigado y a la asistencia de las cuatro víctimas, que se encontraban en el interior del domicilio. El arrestado, tras su puesta a disposición judicial, ha ingresado en prisión.
En el registro efectuado se le ha intervenido cerca de 5.000 euros en efectivo y aproximadamente 2.500 dólares americanos. En el domicilio, los agentes pudieron comprobar las malas condiciones de habitabilidad, ventanas forradas con propaganda y colchones en precarias condiciones de salubridad, entre otras precariedades.
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