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Un profesor jubilado da clases a un mendigo que pide limosna en Bilbao

El profesor jubilado, César de Miguel, da clases a Evans Isibor, un mendigo que llegó a España en patera y que quiere encontrar trabajo.

Bilbao

Evans Isibor, busca ayuda para sacarse los estudios de la ESO y conseguir un trabajo en Bilbao, en su objetivo le ayuda César de Miquel, un profesor jubilado que le da clases todos los días.

Así es Isibor, el mendigo al que un profesor jubilado ayuda en Bilbao

Isibor tiene 24 años y quiere formarse ya que era su objetivo al llegar a España. «Mi padre era granjero en Nigeria y teníamos para comer, pero no teníamos dinero para que siguiera estudiando» afirma.

Evans cruzó el desierto, Marruecos y Argelia hasta que en patera llego a Algeciras.

Por entonces, tan solo tenía 15 años y pudo realizar varios cursos de soldadura y carpintería de aluminio, haciendo las prácticas en una empresa. Una vez que cumplió los 18 tuvo que dejar el centro de menores en el que vivía en Madrid y empezó a a trabajar en la construcción aunque también probó suerte en otros puestos.

Con la llegada de la crisis económica, se vio obligado a dejar la capital y se fue a Murcia, para terminar en Bilbao, donde sobrevive desde hace cinco años.

Gracias a varios vecinos de Bilbao ha podido alquilar una habitación en una casa compartida. De vez en cuando le sale algún trabajo para limpiar pisos, pero no logra el suficiente dinero así que cada mañana se coloca en su sitio en la acera y pide limosna a los viandantes.

¿Cómo conoció Isibor a el profesor jubilado en Bilbao?

Fue justamente en la calle donde conoció a César de Miquel, un docente que daba clases de informática y matemáticas en la Universidad de Deusto.

Todo comenzó cuando el profesor le saludó un día y comenzaron a charlar, en ocasiones le compraba algunos alimentos en el supermercado, hasta que en una de sus conversaciones, Evans le contó sus sueño de querer encontrar un trabajo.

A partir de entonces, de Miquel se volcó en ayudarle y comenzó a darle clases. «He hablado con su tutora y coincidimos en que tiene que ampliar su conocimiento del lenguaje», señala el profesor.

Es normal verles en la acera con los libros, normalmente César se lleva un taburete y se sienta junto a él, aunque a veces Evans pasa cierta vergüenza ya que pasa mucha gente, y deciden trasladarse a un banco para poder concentrarse mejor en su aprendizaje.

«Estoy ilusionado. Cuando termine la ESO haré FP. De un oficio en el que haya trabajo».

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Contacto:
Soraya

Creo en el poder de la comunicación para arreglar el mundo. Periodista y redactora en constante aprendizaje.

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